martes, 4 de marzo de 2014

Sobre Siria - Líbano - Canaán

En Siria continúa la guerra. Y la cosa no parece que se vaya a solucionar próximamente, un país muy interesante, con una gran cultura y con muy buena gente, pero así funciona el mundo... Ojala se solucionara el problema pronto, por la gente que allí vive. Es un lugar para visitar.

Tierra de paso entre Oriente y Occidente, el norte y el sur, Siria es una de las encrucijadas de caminos más importante del mundo antiguo, aunque podemos decir que no solo lo que es la actual Siria políticamente, sino Siria, Líbano, Israel: Todo la antigua Canaán.

DAMASCO
Capital de Siria, que ostenta el título de la ciudad ininterrumpidamente habitada más antigua del mundo. Con monumentos como la Tukieh Sulaimanieh, la Mezquita Omeya (con los restos del templo de Júpiter dentro), el Viejo Bazar, la Tumba de Saladino y el Barrio Cristiano (incluyendo la casa de Ananás, la Vía Recta y la Ventana de San Pablo).
Por ella lucharon Hatti y Egipto, por ejemplo, durante muchos siglos.
Damasco, Alepo, Ebla, Palmira, Bosra, Ugarit, Hama y Homs, Qadesh y Ramsés II son solo una parte de las bellísimas ruinas que aún se pueden visitar.
En cuanto a los “molinos” del Orontes, sería mejor llamarlas “norias”.
Y no se puede olvidar el Crak de los Caballeros, en Homs, un imponente castillo, que tiene su mejor ejemplo en la imponente ciudadela de Alepo, cuya base es del Bronce Medio, con un glacis impresionante.

La época helenística fue esplendorosa. Ahí está Apamea de Siria. La ciudad lleva el nombre de la princesa persa, esposa de Seleuco I, Diadoco de Alejandro Magno, con unas magníficas fortificaciones, acueducto, teatro, Apamea vio pasar y detenerse muchas figuras ilustres de la historia como Cleopatra, Septimio Severo, etc.
Cerca está el monasterio de San Simeón, construido por el emperador Zenón después de la muerte de Simeón el Estilita, en realidad una cristianización del antiguo culto a las piedras o betilos (Bet-El: Casa del dios).
Y no se puede olvidar Ebla, aunque haya que desviarse un poco al ir hacia Alepo.
Y en el Éufrates, Mari, Tell Hariri-Mari, importantísima ciudad mesopotámica del III y II milenios donde se halla el palacio mesopotámico mejor conservado de todo el Próximo Oriente, el del rey Zimri Lim. O Doura Europos, ciudad eminentemente comercial y militar fundada por Seleuco I y II durante el s. III a.C., aunque la mayoría de sus restos datan de época romana (I a.C. - II d.C.).

PALMIRA
Es una de las joyas de Siria, Capital de la famosa reina Zenobia, la gran reina enemiga de Roma y Aureliano.
Con el Arco de triunfo, el Templo de Bel, el Ágora, el pequeño y maravilloso Teatro, el Campo de Diocleciano y las Tumbas Torre, desde donde se puede admirar la inmensidad de la gran capital de Zenobia y rival de la todopoderosa Roma.
Bosra es una antigua ciudad caravanera mencionada por primera vez en los archivos del faraón Akhenatón en el año 1334 a.C. Capital de la provincia de Arabia por los emperadores romanos, tiene uno de los anfiteatros mejor conservados, construido con basalto negro. Es la patria de Fipilo el árabe.
Desde allí se suele ir al Líbano. A Beirut
 En ruta por el bíblico Valle de la Bekaa, se visita de la ciudad de Aanjar, un asentamiento islámico de época de Walid, sexto califa omeya (s. VIII d. C.). Y Obviamente, el impresionante complejo de Baalbek, una de las joyas arqueológicas del Líbano y el mejor conservado de todos los templos romanos de Oriente.

Ruinas de Palmira


BEIRUT Y BIBLOS
Biblos, ciudad de donde proviene el término Biblia, y que durante milenios ha sido uno de los más importantes y estratégicos puntos del Mediterráneo Oriental. Visitaremos su imponente recinto arqueológico donde se documentan restos desde época neolítica hasta época romana, siendo especialmente importante el Templo de Reshef. Visitaremos también el Castillo y la Ciudad Medieval.
A continuación, visita al centro de Beirut, antigua metrópolis fenicia y actual capital del país y al Museo Arqueológico Nacional.

Y lo último, para los golosos: ¡Qué pasteles¡ Amanecer en Palmira es tan especial como el té de los nómadas en el desierto o un paseo por Damasco, cuyas calles, llenas de pequeños talleres de damasquinado recuerdan Córdoba a cada paso. Y vigilante, en monte Casio, desde el que se aprecia el milagro de las ciudad del agua en medio de desierto

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