viernes, 28 de marzo de 2014

Las vias pecuarias en España (y segunda parte)

Sí ayer hablaba de la red de vías pecuarias que hay en España. Hoy repaso brevemente el recorrido de las principales cañadas reales.

CAÑADA REAL DE LA PLATA
También conocida como Vizana, tiene casi 500 Km. de recorrido. Nace en la Sierra de Gistredo entre Asturias y León, atraviesa Las Omañas, pasa por Astorga y La Bañeza, Benavente (Zamora) atravesando la Tierra del Pan, para entrar en la ciudad de Zamora por donde cruza el río Duero para seguir por la Tierra del Vino, hasta La Armuña ya en la provincia de Salamanca, entrando en la capital, descendiendo hacia Béjar y encontrándose con la Cañada Real Soriana Occidental en el término de Los Santos donde bajan juntas hasta tierras extremeñas, y separándose en el término de Abadía para seguir hasta Plasencia, atravesando el río Tajo por el puente de Cardenal en el Parque Natural de Monfragüe y llega a Trujillo. Los tramos perdidos suman unos 180 kilómetros.

LA CAÑADA REAL OCCIDENTAL LEONESA
Nace cerca de León, pasa por la capital de León, cruza el río Duero a la altura de Tordesillas (Valladolid), atraviesa la Tierra de Arévalo, se cruza con la Cañada Real Occidental Soriana en la Venta del Hambre (Gallegos de Altamiro) sube por el Puerto de Menca y del Pico y baja hasta el Valle del Tiétar, continúa por la provincia de Toledo, Navalcán para continuar por Navalmoral de la Mata, llega a Trujillo, donde se une a la Cañada Real de la Plata para discurrir por la provincia de Badajoz, cerca de segura de León. De los 700 kilómetros que recorre, se han perdido unos 150, sobre todo en las Provincias de León, Valladolid y Cáceres.

LA CAÑADA REAL LEONESA ORIENTAL
Nace al noroeste de Riaño, atraviesa la provincia de León y Palencia capital, cruza el Duero por Tudela de Duero, sigue por Coca y Villacastín (Segovia), penetra en las provincias de Ávila y Toledo, atraviesa el Tajo por Puente del Arzobispo y llega a Cáceres y luego a Badajoz cruzando el embalse de García Sola hasta la ciudad de Llerena. En esta cañada de algo más de 700 kilómetros de recorrido, son menos frecuentes los tramos largos perdidos y suelen estar situados en torno a la ciudad de Palencia. Se han registrado, en cambio, numerosas pérdidas de menor entidad. En conjunto ha desaparecido un 20 % de cañada original.

LA CAÑADA REAL SEGOVIANA
Nace en la Sierra de Neila, en Burgos, cruza el Duero por Aranda del Duero, entra en la provincia de Segovia, atraviesa el Puerto de Somosierra, luego la Comunidad de Madrid, y sigue por Toledo y Ciudad Real hasta Badajoz, cruza el Guadiana y termina en la localidad de Granja de Torrehermosa. Cuenta con unos 500 kilómetros y se han perdido del orden de 80. Los tramos desaparecidos se sitúan en torno a las ciudades de Burgos y Segovia.

Cañada Real por Vera de Sierra (Segovia)

LA CAÑADA REAL SORIANA OCCIDENTAL
Se caracteriza por su trazado en diagonal, de noroeste a sureste, diferente recorrido meridiano típico de las Cañadas Reales. Atraviesa por tanto, la ruta de otras cañadas en su largo viaje entre Soria y Extremadura. Cruza la Galiana a la altura de la Sierra de Cabrejas (Soria), la segoviana en el Puerto de Somosierra, la Leonesa Oriental en el Puerto de Guadarrama, la Leonesa Occidental en la Venta del Hambre (Ávila) y la Plata en Los Santos, cerca de Béjar (Salamanca). Esta cañada de cerca de 700 kilómetros de recorrido ha perdido grandes tramos, que en su conjunto representan un 20% del trazado original.

LA CAÑADA REAL SORIANA ORIENTAL
Va desde Soria hasta Sevilla, pero cuenta con importantes bifurcaciones. Desde tierras de Yanguas (Soria) baja hasta Almazán, donde cruza el Duero y continúa por Guadalajara cerca de Sigüenza, Cifuentes, Pastrana y Mondéjar. Cruza Toledo por Villalobas, Ciudad Real por Quintanar de la Orden y atraviesa el Valle de Alcudia para dirigirse primero a Córdoba capital y después a Sevilla. De su largo recorrido, cercano a los 800 kilómetros, se estima un porcentaje de pérdidas en torno al 11%.
La Cañada Real de Galiana arranca al sur de La Rioja y desciende para cruzar el Duero cerca de Vinuesa (Soria), atraviesa luego la provincia de Guadalajara por tierra de Jadraque y pasa cerca de Madrid capital. Se adentra en Toledo, rodea la ciudad y pasa por Ciudad Real por Puerto del Milagro. Finalmente se une a la Soriana Oriental a la altura de Piedra Buena (Ciudad Real). Se han estimado unas pérdidas de 100 kilómetros para un trazado de apenas 400, todas ellas situadas en las proximidades de Jadraque y de Toledo.

LA CAÑADA REAL CONQUENSE
O de Los Chorros, es la más Oriental de las castellanas y abarca solamente tres provincias: Cuenca, Ciudad Real y Jaén. Nace en la Sierra de Tragacete (Teruel), sigue por Albarracín, rodea Cuenca capital y, ya en Ciudad Real, cruza el Guadiana por Ruidera. Entra en Jaén por Sierra Morena y muere al sur de Bailen. Las principales pérdidas se localizan en la cabecera de la ruta y en amplias zonas de Ciudad Real y Jaén, debido generalmente a su transformación en carreteras y a la invasión de cultivos.

LA CAÑADA REAL DE VALENCIA
Es la más Oriental de todas y la única que llega al mar. Nace, como la anterior, de la sierra de Tragacete, pasa por Cuenca y termina en Valencia capital. Ha desaparecido prácticamente todo el trazado en tierras valencianas.

Más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Ca%C3%B1ada_real

jueves, 27 de marzo de 2014

Las Vías Pecuarias en España (primera parte)

La gran red de las vías pecuarias españolas constituye un extenso, rico y diverso entramado que serpentea de Norte a Sur por la geografía de la Península. Los pastores, conduciendo sus rebaños, se desplazaban por cañadas, cordeles y veredas, en primavera hacia los pastos de verano o agostaderos, en las sierras norteñas, regresando en otoño hacia el Sur, en busca de invernaderos.
La decadencia de la ganadería, la disolución de la Mesta, la aparición del Ferrocarril primero y del automóvil después, la profunda modificación de usos tradicionales debido a los modelos de desarrollo potenciados en nuestro país a partir de los años sesenta, entre otros, han sido factores determinantes del deterioro galopante de esta reliquia histórica, que conservaba durante muchos siglos, hoy está gravemente amenazada.
Su régimen jurídico está regulado en la actualidad por la Ley 3/95 de vías pecuarias, que define las vías pecuarias como rutas o itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero.
En el artículo 3.1.d de la Ley 3/1995 sobre la actuación de las Comunidades Autónomas se encuentra uno de los fines marcados por dicha ley: Asegurar la adecuada conservación de las vías pecuarias, así como de otros elementos ambientales o culturalmente valiosos, directamente vinculados a ellas, mediante la adopción de las medidas de protección y restauración necesarias.
Sin embargo, en numerosas ocasiones no se respeta el ámbito legal y las vías pecuarias se convierten en caminos asfaltados o urbanizados. Entre las consecuencias ambientales que se dan al urbanizar una vía pecuaria se encuentran el aumento de incendios intencionados, la pérdida de vegetación y de biodiversidad, la aparición de vertederos improvisados, la contaminación del subsuelo con aguas domésticas y la pérdida de un patrimonio público que pasa de forma ilegal a unas pocas personas.

Principales vías pecuarias

Tipología de las Vías Pecuarias

Las vías pecuarias están clasificadas en cuatro categorías según su anchura:
1. Cañadas: Hasta 75 metros de anchura (90 varas castellanas).
2. Cordeles: Hasta 37,5 metros de anchura.
3. Veredas: Hasta 20 metros de anchura.
4. Coladas: Cualquier vía pecuaria de menor anchura que las anteriores.
La red de vías pecuarias no se extiende sobre todas las regiones españolas, sino que está restringida a aquellas zonas donde las condiciones climáticas impiden la explotación de los pastos durante todo el año. Por lo tanto en Galicia y a lo largo de la Cornisa Cantábrica, no existen cañadas.
En el resto de España, las vías pecuarias reciben distintos nombres, En Aragón se conocen como cabañeras, mientras que en Cataluña se llaman carreradas. En Andalucía, son veredas de la carne y en Castilla, aparte del nombre genérico de cañadas, se denominan también galianas, cordones, cuerdas y cabañiles.
La longitud total de las vías pecuarias españolas es de 125.000 kilómetros (el trazado del ferrocarril tiene unos 15.000) y ocupan una superficie de 425.000 hectáreas equivalentes a la provincia de Pontevedra, lo que representa el 1% del territorio nacional.

Principales Cañadas Reales

- Cañada Real de la Plata (aprox. 500 Km.).
- Cañada Real Leonesa Occidental (aprox. 700 Km.).
- Cañada Real Leonesa Oriental (aprox. 700 Km.).
- Cañada Real Segoviana (aprox. 500 Km.).
- Cañada Real Soriana Oriental (aprox. 800 Km.).
- Cañada Real Soriana Occidental (aprox. 700 Km.,).
- Cañada Real Galiana (aprox. 400 Km.).
- Cañada Real Conquense (aprox. 350 Km.).
- Cañada Real del Reino de Valencia (aprox. 250 Km.).

Y en la siguiente publicación se explicará cada una de ellas.

Más información, en la página del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente:

sábado, 22 de marzo de 2014

Caminos de Valencia a Madrid (y viceversa) en el siglo XVIII

Durante el siglo XVIII, entre Valencia y Madrid (o Madrid y Valencia) había dos caminos que se utilizaban de forma habitual.

El llamado Camino Real que enlazaba ambas ciudades a través del Puerto de Almansa y la ciudad de Albacete, por un recorrido que podríamos llamar de buen firme por el que circulaban carruajes, además de caballerías y caminantes ya que solía estar bien cuidada. Y más o menos seguía las actuales carreteras: CV-42, CV-41, A-35, A-31, N-301 y A-4

El otro recorrido, llamado en Valencia, Camino de las Cabrillas, debido a su paso por la sierra de las Cabrillas, nada pasar Utiel, era mucho más incómodo, al menos en sus tramos por la provincia de Valencia, y que generalmente se usaba por caminantes y caballerías ya que el transporte en carruajes resultaba muy pesado ya que no estaba demasiado bien cuidada. Básicamente es la actual N-III (La A-3, en algunos tramos se separa un poco).

La indicación de mediodía o noche era la localidad donde se solía parar habitualmente. Los pueblos entre paréntesis no aparecen en el texto original.

Caminos de Valencia a Madrid


VALENCIA - MADRID VALENCIA - MADRID
por Utiel (Camino Cabrillas) por Albacete (Camino Real)
 VALENCIA  VALENCIA
 Mislata  Alfafar
 Quart de Poblet  Massanassa
 Ventas de Poyo (mediodía)  Catarroja
 Chiva  (Albal)
 Buñol  (Beniparrel)
 Venta de Buñol (noche)  Silla
 Siete Aguas (mediodía)  Almussafes (mediodía)
 (El Rebollar)  Algemesí
 (Requena)  Alzira
 (San Antonio)  Carcaixent (noche)
 Utiel (noche)  La Pobla Llarga
 (Caudete de las Fuentes)  Manuel
 (Villagordo del Cabriel)  Xàtiva (mediodía)
 Venta de Contreras (mediodía)  Novetlè
 Minglanilla (noche)  (Canals)
 (Graja de Iniesta)  (Montesa)
 (Castillejo de Iniesta)  Vallada (noche)
 Motilla del Palancar (mediodía)  Moixent
 Olmedilla de Alarcón (noche)  La Font de la Figuera (mediodía)
 (Buenache de Alarcón)  Almansa (noche)
 (Hontecillas)  Bonete (mediodía)
 (Valverde del Júcar)  Villar de Chinchilla (noche)
 La Almarcha (mediodía)  (Chinchilla)
 (La Hinojosa)  ALBACETE (mediodía)
 (Montalbanejo)  La Gineta 
 Villar de Cañas (noche)  La Roda (noche)
 (Montalbo)  Minaya
 Saelices (mediodía)  El Provencio (mediodía)
 (Villarrubio)  Las Pedroñeras
 Tarancón (noche)  El Pedernoso
 (Belinchón)  (Monreal del Llano)
 (Fuentidueña de Tajo)  Los Hinojosos 
 Villarejo de Salvanés (mediodía)  Villanueva de Alcardete (noche)
 Perales de Tajuña  Corral de Almaguer (mediodía)
 Arganda (noche)  Villatobas 
 (Vaciamadrid)  Ocaña (noche)
 Vallecas  Antigola
 MADRID   Aranjuez
 Valdemoro (mediodía)
 Pinto
 MADRID

domingo, 16 de marzo de 2014

La historia de los calendarios

¿Por qué tenemos el calendario que tenemos? El investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), Jesús Maiz, es un especialista en la materia y conoce la evolución científica que, a lo largo de la historia, ha seguido el almanaque para tratar de adaptarse lo mejor posible a las estaciones que tiene el planeta en su gira alrededor del Sol.
Los romanos copiaron de los egipcios (calendario egipcio) su manera de contar los días, una fórmula que ha llegado hasta nuestros días.
Según explica el experto, el calendario juliano, impuesto por el emperador romano Julio César, fue el primero que más se asemejó al formato actual, también con doce meses de una duración parecida. Antes de eso, el anuario de los romanos era variable cada año y manipulado en función de intereses políticos y económicos.
Cuando Julio César conoció el calendario que usaban los sacerdotes egipcios, decidió modificar la fórmula que seguían desde Roma. El nuevo almanaque ya incluía los años bisiestos.
Jesús Maíz destaca que el formato juliano era el más correcto y el que mejor reproducía las estaciones temporales, y que los nombres de los meses hacían referencia a números, september (7), october (8), november (9) o december (10). Cuando murió Julio César, el Senado, en su honor, puso su nombre al mes en el que había nacido (concretamente el día 12 de ese mes): Julius (julio).

Tiempo de emperadores
El emperador que vino después, Augusto, tampoco quiso ser menos y denominó a un mes como Augustus (agosto). Poco a poco, el almanaque iba adquiriendo la fórmula que actualmente conocemos. Otros emperadores posteriores como Calígula, Nerón o Cómodo (el retratado en la película ‘Gladiator’) también cambiaron los nombres a su antojo, aunque al morir todo quedó igual.
El astrónomo del IAA recuerda con humor cómo el emperador Tiberio fue uno de los pocos que rehusó modificar el calendario, alegando: « ¿Qué haréis cuando haya trece Césares? ».
«Aunque el calendario juliano era bastante preciso, no lo era lo suficiente, cada 130 años se perdía un día», sostiene Jesús Maíz. Por eso en octubre de 1582, el Papa Gregorio XIII hizo una reforma. Por un lado, eliminó 10 días del calendario para ajustar el margen de error del anuario juliano. Con lo que, en las regiones que seguían la reforma del Papa, el 10 de octubre de 1582 fue uno de los días que no existieron.
Por otro, y también con el objeto de no caer en el mismo error que su antecesor, Gregorio XIII propuso que aquellos años bisiestos que son múltiplos de 100, sólo sumen un día si también son múltiplos de 400. De manera que el 1600 y el 2000, por ejemplo, sí fueron bisiestos. «Esta medida fue tomada porque había demasiados años bisiestos», argumenta el experto.



La fe y el tiempo
La reforma gregoriana no llegó a todas partes por igual, y es que en aquellos tiempos la fe estaba dividida en Europa. Si bien los católicos implantaron el nuevo anuario en 1582, fieles al Papa, los protestantes continuaron con el calendario juliano hasta el siglo XVIII, y los ortodoxos no aceptaron la nueva fórmula hasta el XX.
La fórmula gregoriana llegó a Rusia de manos de Lenin. «La Revolución de Octubre, fue en octubre según el calendario juliano, pero según el gregoriano, fue en noviembre», explica con sarcasmo el científico del IAA.
Otra de las curiosidades que esconde la organización del calendario es la Semana Santa, ¿por qué no se celebra siempre en la misma fecha? Jesús Maíz explica al respecto que cuando el cristianismo fue declarado religión oficial del Imperio (siglo IV) se celebró el Concilio de Nicea, con el objeto de poner una fecha para celebrar la resurrección de Jesucristo.
A partir de la lectura de los Evangelios, quedó establecido que Jesús murió durante la Pascua Judía, con lo que para festejar esta celebración habría que regirse, igualmente, por el calendario judío.

Así, Maíz añade que éste era una forma de calendario lunar, y que por eso la Semana Santa se celebra el primer domingo que va detrás de la primera Luna Llena de la Primavera, es decir, entre el 21 de marzo y el 25 de abril.

sábado, 15 de marzo de 2014

Vino y cerveza en la historia

Para festejar hazañas y victorias; para ahogar desastres y penas colectivas; desde la Antigüedad hasta hoy, las grandes curdas sociales a base de vino y cerveza son uno de los capítulos menos conocidos de la Historia.
“Yo busco en ti las fiestas del fervor compartido”. Lo escribía Jorge Luis Borges y a quien dirigía sus palabras era al vino, el caldo que ha acompañado al hombre desde que la arqueología tiene conocimiento. “Siglos de siglos hace que vas de mano en mano”, añade el poeta argentino.
La búsqueda de ese fervor compartido del que habla el escritor es sin duda la excusa recurrente por la que el hombre se ha entregado durante centurias al alcohol. Presentes siempre en toda celebración, la historia de las grandes borracheras es sin duda la historia del vino y de la cerveza. Con la salvedad de los países normandos y germánicos, el caldo de las viñas ha sido el preferido por los monarcas y las clases adineradas, mientras que la cerveza se erigió en bebida habitual del pueblo llano. Los dos alcoholes riegan todo festejo desde Egipto, Grecia y Roma hasta la actualidad, donde ya se hacen hueco entre un variadísimo grupo de aqua vitae, los destilados que hicieron su aparición a partir del siglo XII. Parece que los primeros en darse con desafuero a la juerga alcohólica fueron los habitantes del Neolítico. Se han encontrado algunos restos, datados en aquella época, de una bebida que podría ser hidromiel, una especie de solución de miel destilada y fermentada con alcohol.
Sin embargo, cuando las bebidas pasan realmente a formar parte de la vida social es en el Egipto faraónico, donde se lanzaron con desenfreno al bebercio. Sabemos que los pobladores del Nilo llegaron a tener en su menú hasta 17 variedades de cerveza y, al menos, unas 24 de vino, pero la que mayor éxito tenía entre el pueblo era la bebida del lúpulo, diez veces más barata que el vino.
Está claro que aquellos egipcios no eran tan comedidos como a menudo nos los han vendido y los faraones y gente acaudalada se embriagaban a placer durante las grandes ocasiones. En más de 80 tumbas del Valle de los Reyes se representan escenas de estos banquetes, algunos bastante excesivos como el cincelado en los aposentos funerarios de Paharí, en el que una mujer, Nubmehy, le espeta a uno de los criados: “Dadme 18 copas de vino […] ¿No veis que quiero emborracharme? […] Mis entrañas están tan secas como la paja”.
Los egipcios elevaron a los altares a Osiris, una deidad que, en los últimos años del Imperio del Nilo, se reconvirtió en Dionisos el magno dios heleno del vino. En Grecia, el alcohol tenía buena prensa y los excesos con la copa se veían como algo natural; hasta el propio Sócrates era fan de este caldo “porque hidrata y suaviza el alma, adormece las preocupaciones y revive nuestras alegrías”. Por eso, las grandes juergas religiosas que las mujeres griegas dedicaban a Dionisos estaban muy bien vistas por sus contemporáneos. Tras los banquetes, celebraban el simposio -que se traduce como “reunión de bebedores”-, que se inauguraba con la libación, una especie de brindis en honor a los dioses en el que se lanzaban al aire unas gotas de vino.
Tampoco se quedaron cortos en borracheras colectivas los romanos, que se dieron con ganas a un vino muy diferente al que conocemos hoy en día. Los griegos ya consideraban que tomar el caldo de las viñas sin rebajarlo era de bárbaros y el patrón de la casa indicaba en cada caso con cuántas partes de agua había que reducirlo. Los romanos fueron más tendentes a mezclarlo con todo tipo de ingredientes. Así, para el gustatio (aperitivo) tomaban muslum, un vino mezclado con grandes cantidades de miel. No era, ni mucho menos, la más densa de las recetas ya que a menudo se añadía sin recato resina, pimienta molida, azafrán o dátiles. A medida que el Imperio se acercaba a su ocaso, estas mezcolanzas se hicieron todavía más densas y bizarras, mientras los romanos se daban cada vez con mayor desafuero al alcoholismo. Célebres son las borracheras de los emperadores que gobernaron entre el año 37 y el 69 -Calígula o Nerón- quienes, por ejemplo, tenían por costumbre beber grandes cantidades de alcohol antes de las comidas para así vomitar y dejar el estómago vacío y preparado para ingerir a destajo.
Durante su expansión por el norte de Europa, los romanos se familiarizaron con la cerveza, que aunque ya había vivido su momento de protagonismo entre los egipcios, era realmente la bebida “oficial” entre galos, bretones y germanos. Fue en la Edad Media cuando el pueblo europeo se emborrachó con el lúpulo, mientras el vino quedaba un tanto relegado a las mesas más ricas. En aquel Medievo europeo, la cerveza era una bebida doméstica que se elaboraba en los hogares de los campesinos, mientras el vino tomaba un cariz monacal, debido a que los propietarios de la mayoría de los viñedos del centro de Europa eran los monasterios de Cluny y el Císter.



Lo cierto es que la relación del cristianismo con el alcohol ha sido un tanto paradójica a lo largo de la Historia. En la mayor parte de los capítulos de la Biblia se aboga por la moderación en el beber, pero algunos de los personajes más célebres del libro sagrado se dan a la borrachera sin vergüenza… e incluso sin ropa. Noé, para celebrar el éxito de su misión en el arca “comenzó […] a labrar la tierra y plantó una viña, y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda” (Génesis 9, 20-21). En todo caso, la sociedad cristiana siempre consideró el vino una bebida superior a la cerveza y durante el siglo X, los viñedos monacales sirvieron las mesas de aristócratas y monarcas, permitiendo además la expansión económica y territorial de los monasterios. Mientras, el pueblo llano se conformaba con la cerveza como bebida de cabecera que, además, durante la mayor parte del Medievo sustituyó incluso al agua.
Eran siglos en los que se especulaba con que ríos y pozos eran transmisores de todo tipo de enfermedades, una excusa perfecta para apagar la sed a golpe de cerveza. Tenía una graduación más baja que la que conocemos en la actualidad, pero la bebían a todas horas y en grandes cantidades. Lo normal era desayunar medio litro de cerveza mojando en ella pan seco, para luego tomar unos 2 ó 3 litros más a lo largo de la jornada. Por ejemplo, Eduardo I de Inglaterra estableció en el siglo XIII que sus soldados tenían derecho a recibir cada día, al menos, unos 4 litros de cerveza. A pesar de esta moda cervecera europea, España siguió siendo tierra de viñas hasta que desembarcó en ella Carlos V, el gran introductor de la cerveza en la Península. El emperador, ejerciendo de flamenco y borgoñón, no estaba dispuesto a que su nuevo trabajo como monarca español le alejara de su bebida favorita, por lo que trajo consigo a célebres maestros cerveceros. Entre ellos se encontraba Enrique van der Trehen, encargado de poner en marcha una fábrica de cerveza en el Monasterio del Yuste. Célebre es el apetito voraz del que siempre hacía gala Carlos V y la sed permanente que trataba de calmar con litros de cerveza: “Durante una comida, el Emperador sumergió cinco veces la cabeza en el vaso, y en cada ocasión bebió por lo menos un cuarto de galón (unos 4 litros)”, relata el historiador inglés Rogerio Asharn.
Los españoles no parecían acostumbrarse al sabor amargo de la cerveza y seguían consumiendo vino, que iba ganando en calidad, y también en cantidad. A partir del siglo XVI, el protestantismo se había instalado en Europa, marcando una mayor moderación en las costumbres y reduciendo un tanto las euforias báquicas. Sin embargo, esta mesura no hizo mucha mella en España, ya que fueron años en los que nuestro país lideraba los excesos alcohólicos en Europa. Y no es que las opciones alcohólicas fueran reducidas, ya que a partir del siglo XV habían empezado a aparecer los llamados spirits: ginebra, ron, whisky, brandy… Todas estas “aguas de vida” fueron cobrando importancia y se convirtieron en otra nueva herramienta para las borracheras. En la Inglaterra del siglo XVIII, por ejemplo, el bajo precio de la ginebra la elevó a bebida de cabecera de las mujeres, que la compraban en las farmacias como bebida medicinal y la mezclaban con agua caliente para “relajarse”. La calidad era tan baja y las cantidades tan exageradas que el gobierno tuvo que intervenir y declarar en 1722 la Epidemia de Ginebra. Imponiendo altísimos impuestos a la destilación de la bebida lograron aumentar la calidad y ralentizar la borrachera colectiva que, sin embargo, todavía duró hasta mediados de siglo.

Otros gobiernos tuvieron también que intervenir para atajar grandes curdas sociales, en su mayoría de whisky. En 1520, las autoridades de Edimburgo, asustadas por la desorbitada ingesta del llamado uisge beatha (whisky) restringieron su venta a barberos y cirujanos, ya que parece ser que ambas profesiones necesitaban el alcohol como herramienta de trabajo. Sin embargo, lo único que consiguió aquella prohibición gubernamental fue incentivar la destilación casera y aumentar el consumo del whisky de peor calidad. Fue exactamente el mismo patrón que se repitió unos cuantos siglos más tarde en Estados Unidos, cuando el gobierno norteamericano ratificó en 1920 la célebre Ley Seca, que prohibía la producción, venta y consumo de cualquier tipo de alcohol. Aquella decisión no frenó ni mucho menos el afán por la borrachera sino que solamente la trasladó a los speakeasies, los bares clandestinos que se multiplicaron por todas las ciudades. En 1925 se contabilizaban más de 100.000 bares secretos en todo EE.UU., y más de 10.000 de ellos sólo en Nueva York. Quedó demostrado que la prohibición había sido un desastre y se levantó en 1933. Lo dijo el poeta escocés Robert Burns: “¡Libertad y whisky van de la mano!”. Y con ahínco lo ha demostrado el hombre en la Historia: sociedad y alcohol pocas veces se sueltan la mano.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Viajar por la provincia de Cuenca

Por España continúan habiendo rincones desconocidos para muchos, y entre ellos está la provincia de Cuenca una provincia céntrica y para poder visitar desde casi cualquier parte.

La provincia ofrece un rico patrimonio y un notable contraste de paisajes: de la llanura manchega, cubierta de cultivos extensivos que ondean su verdor en primavera, a la serranía de Cuenca y otras sierras menores que se desgajan del sistema ibérico. Los embalses de Alarcón, Buendía y Contreras recogen el agua que brotan de esas montañas y discurre entre extensos pinares.

Al nordeste, en la frontera con la provincia de Guadalajara, se extiende la Alcarria Conquense.
Huete, una de las principales ciudades de la zona, la cual posee un importante conjunto arquitectónico: El palacio episcopal del Obispo Palafox (s. XVIII), el antiguo palacio del obispo Solano, los restos de la iglesia de Nuestra Señora de Atienza, la iglesia convento del colegio de los Jesuitas (s. XVI-XVII), la iglesia de Santo Domingo y restos de su convento, la iglesia de Santa María de Castejón, el convento de Cristo con portada renacentista, obra de Berruguete Vandelvira, la iglesia de San Pedro (s. XV-XVI) gótica, cruzada por una calle subterránea, hoy de propiedad privada, casa de Linajes (s. XVII-XVIII) y la casa de los Parada (s. XVII).
Barajas de Melo, Buendía, Villalba del Rey, Cañaveruelas y Gascueñas completan la zona.
El río Guadiela depara lugares extraordinarios, como las hoces de Beteta y Tragavivos. En Beteta, al norte de la provincia, la casa de la serranía ofrece información de la comarca, de resonancias acuosas y saludables. También próximo se encuentra el balneario de Solán de Cabras.
Priego, importante ciudad de la alcarria conquense, centro artesanal de mimbre, es un buen punto de partida para recorrer esa zona, por estar situado en las primeras estribaciones de la serranía, y visitar el cercano convento de San Miguel de las Victorias, importante conjunto arquitectónico, obra de Martín de Aldehuela. Conserva la ciudad el torreón de Despeñaperros, la antigua casa de la Inquisición y los Juzgados (s. XVI) que era la antigua cárcel.
Desde Tragacete, al noroeste, se puede acceder al nacimiento del río Cuervo, que brota de la tierra en un magnífico espectáculo. En la sierra de las Majadas, la erosión sobre roca caliza, ha creado unas formas de relieve muy espectacular.
La Ciudad Encantada, declarada Sitio Natural de Interés Nacional desde 1929, a unos 30 kilómetros de la capital, es otro ejemplo, más extenso y más visitado de ese fenómeno.

Al este de la provincia, Villar del Humo, situado en la sierra de las Cuerdas, un valioso paisaje, en donde encontraremos importantes muestras de arte rupestre levantino. Un total de doce conjuntos que conforman este parque cultural que se inauguró en 1995, que además ofrece el contacto con la naturaleza, muestras de arquitectura popular, etnografía, yacimientos arqueológicos,…
Al sudeste de la provincia y limítrofe con las provincias de Albacete y Valencia se extiende la comarca de la Manchuela Conquense formada por veintinueve municipios. Es tierra de suaves ondulaciones, intermedia entre la Serranía al noreste y la Mancha al sur y oeste, enmarcada y caracterizada por la importante influencia de los ríos Júcar y Cabriel.
Fue y es un enclave estratégico en la ruta entre Valencia y la meseta que perteneció al Marquesado de Villena. Cargado de una larga historia, clave en el enfrentamiento de la Monarquía con los grandes aristócratas y las órdenes religiosas, muestra sus huellas a través de los numerosos yacimientos arqueológicos y monumentos de singular belleza.
Hoy en día su posición de enlace facilita el acceso a través de la autovía Madrid - Valencia que la cruza de oeste a este o en las correspondientes vías hacia Albacete, Alicante, Andalucía y Cuenca. Porque en efecto la Manchuela se destaca por la calidad y la innovación en la producción agrícola y de esta forma junto a los tradicionales azafrán y piñones, vino y almendra, aceite y caza, es pionera en champiñón o avestruz; productos todos que se van integrando en la nueva gastronomía comarcal.
Alarcón es una roca que rodea al río Júcar en un cerrado y profundo meandro. La perfecta conjunción de castillo (actual parador Nacional de turismo), torres, muralla, iglesias y caserío con el espacio natural, le otorga una singular belleza, por lo que ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico.
 Tras la reconquista de esta plaza por Alfonso VIII en el año 1184, se la fueron anexionando los territorios que se iban conquistando en esta zona de La Mancha. En el siglo XIV los vértices de La Tierra de Alarcón eran Albacete, Belmonte y las Valeras. Señores principales de estos territorios fueron el infante don Juan Manuel y los marqueses de Villena.  Además del castillo medieval, convertido hoy en parador nacional de turismo, Alarcón posee otros edificios de interés, como la parroquia de Santa María del siglo XVI, la iglesia de Santa Trinidad o la iglesia de San Juan Bautista.
Buenache, Hontecillas y Olmedilla de Alarcón, pueblos agrarios ribereños del pantano. Zonas de recreo, con actividades deportivas, acuáticas y baños en el embalse de Alarcón. En las proximidades, Hoz del río Gritos sobre la que se alza la ciudad romana y medieval de Valeria. También Barchín del Hoyo importante yacimiento prehistórico con muestras urbanísticas de la edad de Hierro.
En Buenache, patria del Padre Andrés Burriel eminente polígrafo de la ilustración, iglesia de San Pedro Apóstol con ábside románico, artesonado mudéjar, interesantes capillas, retablos barrocos y juego de linternas y cúpulas. La Ermita de la Virgen de la Estrella, lugar de romerías, es un hermoso paraje de gran arbolado.
En Olmedilla, rodeado de huertas y arboledas, iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo (S. XVI) de una sola nave, medallones pintados con alegoría de Lepanto y arma de los Castañeda en la pilastra del coro.

Al sudeste de la provincia, Iniesta, de trazado medieval en pendientes, en cuya parte alta se ubica el castillo y la plaza mayor, con el ayuntamiento (s. XVI), renacentista, y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la asunción (s. XVII y XVIII). En el casco urbano se conservan interesantes palacios renacentistas y casonas con magníficas portadas y rejerías, cono la casa palacio Melgarejo (s. XVII), hoy cuartel de la guardia civil, la casa de doña María de Luján, plateresca, la de Aranda, la de Queipo de Llano, etc. En las cercanías, rodeado de un precioso paraje natural, se levanta la Consolación, conjunto de edificaciones de tipo convencional. La iglesia posee un retablo mayor barroco.
A pocos kilómetros está Villanueva de la Jara, una de las poblaciones más importantes de la provincia. Guarda un buen número de bellas fachadas con señoriales portadas; parte de las antiguas murallas almenadas; la plaza mayor, renacentista; el ayuntamiento del siglo XVI, el Pósito (s. XV y XVI); el palacio Villa Enriqueta (1892); la posada Masó (s. XVI), la iglesia parroquial con dos portadas platerescas y una gótica, la torre plateresca y el altar mayor con un retablo barroco; la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves; el convento de Carmelitas, fundado por Santa Teresa en 1580, etc. A las afueras se levanta un rollo de justicia, gótico y en sus alrededores cuevas horadadas en desniveles destinados a cultivos de champiñón, siendo esta población de las mayores productoras de España.
En Ledaña podemos visitar su iglesia parroquial de San Andrés (s. XVII).
En término municipal de Minglanilla, cerca del embalse de Alarcón, se encuentra la reserva natural de las Hoces del Cabriel, en el límite de la provincia de Valencia, con tres tipos de vegetación: bosque mediterráneo, vegetación de los roquedales y la que puebla la margen del Cabriel, y gran riqueza faunística.
En Campillo de Altobuey, interesante por su conjunto urbano de gran pureza ambiental, su iglesia parroquial San Andrés (s. XVI y XVII) y en el convento de la Virgen de la Loma, cuyo claustro es hoy plaza de toros.
Paracuellos de la Vega, con un castillo de origen árabe (s. XII), reformado en los siglos XV y XVI; la casa de Curato y la iglesia parroquial, ambos del siglo XVIII.
Almodóvar del Pinar, mantiene su estructura de cuadrícula en el trazado de sus calles. Destacan algunas casonas señoriales, la iglesia de la Asunción, la de San Vicente (s. XVII), la ermita de San Antón, el Pósito (s. XVII) y la ermita de nuestra Señora de las Nieves, del siglo XV, reedificada en el siglo XVII.

A unos 30 km. al sur de la ciudad de Cuenca se encuentra una comarca denominada Las Valeras. Valeria y Valera de Abajo. Dos pueblos unidos por una espectacular garganta que ha cincelado el tiempo.
En Valeria encontramos los restos de una ciudad romana interesantísima entre las que encontramos el ninfeo (fuente pública romana) que se dice es el más grande que se conserva del mundo romanizado.
También quedan en el entorno parte de las murallas que fueron posteriormente fortaleza en la época de los godos y parte de lo que fue la ermita románica de Santa Catalina, con una espadaña de tres arcos de medio punto de los cuales se conserva uno.
Dentro de la población de Valeria está la parroquia de La Sey, con restos romanos en su interior y de trazas románicas.

Ninfeo de la ciudad romana de Valeria
Para más información sobre Valeria:
Y para poder conocer más cosas sobre la provincia de Cuenca:


No he hablado de la ciudad de Cuenca, pero ella sola entra en un único artículo…

viernes, 7 de marzo de 2014

De arqueología por Alicante y Elche

Si estamos por el sur de la provincia de Alicante, o por Murcia, o queremos hacer una excursión cultural, o nos apetece viajar. Encontramos en poco espacio dos yacimientos arqueológicos muy interesantes, además de un museo arqueológico que ha recibido premios y que es muy ameno de visitar.

ALICANTE

CIUDAD IBÉRICA TOSSAL DE MANISES
En él se encuentran los restos de la ciudad fortificada ibero-romana de Lucentum, origen de Alicante, que data de los siglos IV-III antes de Cristo y que perduró habitada hasta finales de la tercera centuria después de Cristo. Situado en un cerro a espaldas de la playa de la Albufereta, se extiende a lo largo de 30.000 m2 si bien sólo han sido excavados 6.500 m2, labor que iniciara el conde de Lumiares en el s. XVIII. El recinto amurallado con sus calles, domus, tiendas, termas, etc. se puede recorrer muy cómodamente. Monumento Histórico-Artístico desde 1961. Posibilidad de visitas guiadas.

MUSEO ARQUEOLÓGICO (MARQ)
En la plaza Dr. Gómez Ulla, en el edificio del antiguo Hospital San Juan de Dios.
Tiene una sala de Prehistoria, otra de época ibérica, otra de cultura romana, otra sobre la Edad Media y otra de culturas moderna y contemporánea. Además, cuenta con una zona de exposiciones temporales. Y tres salas temáticas sobre excavaciones en tres lugares distintos (superficie, fondo del mar y cueva).

ELCHE

YACIMIENTO DE LA ALCUDIA
Ctra. Dolores, Km. 2
El yacimiento de La Alcudia de Elche, asiento de la antigua colonia Ilici Augusta, se encuentra ubicado en las cercanías de la ciudad de Elche, cerca del río Vinalopó y sobre una pequeña elevación que en parte constituye un tell artificial; cuenta con una secuencia estratigráfica que abarca unos dos mil quinientos años, desde mediados del segundo milenio a. C. hasta los siglos IX-X d. C.
Su ocupación se extiende en un amplio período, desde el Bronce Final hasta el momento de la islamización, aunque en sus proximidades se han encontrado también materiales neolíticos. Cuando alcanza su mayor importancia es en las épocas ibérica y romana. Debió ser la capital de la región ibérica que las fuentes identifican como la Contestania, y en concreto de su parte meridional; su dominio alcanzaba el centro y sur de Alicante y zonas limítrofes de Albacete y Murcia.
Las excavaciones se remontan a varios siglos atrás, pero es sobre todo a finales del siglo XIX, tras el descubrimiento fortuito de la escultura conocida como La Dama de Elche cuando se intensifican. Desde hace algo más de cincuenta años, y tras la adquisición del yacimiento por la familia Ramos, se ha venido desarrollando una campaña arqueológica anual, que ha puesto al descubierto una superficie de algo más de una hectárea, distribuida en varias zonas de excavación.
La adquisición de la finca por la Universidad de Alicante y la constitución de una Fundación que lleva el nombre de Fundación Universitaria de Investigación Arqueológica La Alcudia de Elche, en la que participan la Universidad de Alicante, el Ayuntamiento de Elche y un considerable número de investigadores y empresarios, debe marcar el comienzo de una nueva etapa en la actividad del yacimiento, que incluya actividades arqueológicas, de mantenimiento, adecuación de sus vestigios, consolidación y difusión.
La extensión de los vestigios conservados es hoy de unas 10 Ha, aunque no pueda afirmarse con seguridad que la ciudad ibérica abarcara toda la extensión que luego ocupó la romana. Los materiales proporcionados por los niveles ibéricos son de gran interés, especialmente la escultura monumental y la cerámica llamada de estilo Elche-Archena.
La primera incluye algunas de las piezas más importantes de la plástica de la cultura ibérica, como el torso de un guerrero, la cabeza de un grifo o la propia Dama de Elche. Durante mucho tiempo Elche y su entorno -Agost, Redován, Guardamar, etc- fue el centro de atención de la escultura ibérica. Hoy, y debido sobre todo a la existencia de nuevos descubrimientos en la Alta Andalucía, Elche ha pasado a integrarse como uno de los principales talleres en un ambiente cultural mucho más amplio.
La cerámica del estilo llamado Elche-Archena, por los lugares de aparición de los primeros y más importantes monumentos, presenta un amplio elenco de seres más o menos fantásticos: figuras femeninas realistas o con cuerpo en forma de botella, por lo común aladas; rostros alados, felinos y aves de rapiña de identificación incierta, etc.

OTROS LUGARES PARA VISITAR EN ELCHE
Banys Árabs (s. XII)
Passeig de les Eres de Santa Llúcia. Baños árabes del s. XII y que se encuentran en el interior del Convent de la Mercè.
Museo Arqueológico Municipal

C/ Diagonal del Palau. Exposición permanente de piezas ibéricas y romanas.

martes, 4 de marzo de 2014

Sobre Siria - Líbano - Canaán

En Siria continúa la guerra. Y la cosa no parece que se vaya a solucionar próximamente, un país muy interesante, con una gran cultura y con muy buena gente, pero así funciona el mundo... Ojala se solucionara el problema pronto, por la gente que allí vive. Es un lugar para visitar.

Tierra de paso entre Oriente y Occidente, el norte y el sur, Siria es una de las encrucijadas de caminos más importante del mundo antiguo, aunque podemos decir que no solo lo que es la actual Siria políticamente, sino Siria, Líbano, Israel: Todo la antigua Canaán.

DAMASCO
Capital de Siria, que ostenta el título de la ciudad ininterrumpidamente habitada más antigua del mundo. Con monumentos como la Tukieh Sulaimanieh, la Mezquita Omeya (con los restos del templo de Júpiter dentro), el Viejo Bazar, la Tumba de Saladino y el Barrio Cristiano (incluyendo la casa de Ananás, la Vía Recta y la Ventana de San Pablo).
Por ella lucharon Hatti y Egipto, por ejemplo, durante muchos siglos.
Damasco, Alepo, Ebla, Palmira, Bosra, Ugarit, Hama y Homs, Qadesh y Ramsés II son solo una parte de las bellísimas ruinas que aún se pueden visitar.
En cuanto a los “molinos” del Orontes, sería mejor llamarlas “norias”.
Y no se puede olvidar el Crak de los Caballeros, en Homs, un imponente castillo, que tiene su mejor ejemplo en la imponente ciudadela de Alepo, cuya base es del Bronce Medio, con un glacis impresionante.

La época helenística fue esplendorosa. Ahí está Apamea de Siria. La ciudad lleva el nombre de la princesa persa, esposa de Seleuco I, Diadoco de Alejandro Magno, con unas magníficas fortificaciones, acueducto, teatro, Apamea vio pasar y detenerse muchas figuras ilustres de la historia como Cleopatra, Septimio Severo, etc.
Cerca está el monasterio de San Simeón, construido por el emperador Zenón después de la muerte de Simeón el Estilita, en realidad una cristianización del antiguo culto a las piedras o betilos (Bet-El: Casa del dios).
Y no se puede olvidar Ebla, aunque haya que desviarse un poco al ir hacia Alepo.
Y en el Éufrates, Mari, Tell Hariri-Mari, importantísima ciudad mesopotámica del III y II milenios donde se halla el palacio mesopotámico mejor conservado de todo el Próximo Oriente, el del rey Zimri Lim. O Doura Europos, ciudad eminentemente comercial y militar fundada por Seleuco I y II durante el s. III a.C., aunque la mayoría de sus restos datan de época romana (I a.C. - II d.C.).

PALMIRA
Es una de las joyas de Siria, Capital de la famosa reina Zenobia, la gran reina enemiga de Roma y Aureliano.
Con el Arco de triunfo, el Templo de Bel, el Ágora, el pequeño y maravilloso Teatro, el Campo de Diocleciano y las Tumbas Torre, desde donde se puede admirar la inmensidad de la gran capital de Zenobia y rival de la todopoderosa Roma.
Bosra es una antigua ciudad caravanera mencionada por primera vez en los archivos del faraón Akhenatón en el año 1334 a.C. Capital de la provincia de Arabia por los emperadores romanos, tiene uno de los anfiteatros mejor conservados, construido con basalto negro. Es la patria de Fipilo el árabe.
Desde allí se suele ir al Líbano. A Beirut
 En ruta por el bíblico Valle de la Bekaa, se visita de la ciudad de Aanjar, un asentamiento islámico de época de Walid, sexto califa omeya (s. VIII d. C.). Y Obviamente, el impresionante complejo de Baalbek, una de las joyas arqueológicas del Líbano y el mejor conservado de todos los templos romanos de Oriente.

Ruinas de Palmira


BEIRUT Y BIBLOS
Biblos, ciudad de donde proviene el término Biblia, y que durante milenios ha sido uno de los más importantes y estratégicos puntos del Mediterráneo Oriental. Visitaremos su imponente recinto arqueológico donde se documentan restos desde época neolítica hasta época romana, siendo especialmente importante el Templo de Reshef. Visitaremos también el Castillo y la Ciudad Medieval.
A continuación, visita al centro de Beirut, antigua metrópolis fenicia y actual capital del país y al Museo Arqueológico Nacional.

Y lo último, para los golosos: ¡Qué pasteles¡ Amanecer en Palmira es tan especial como el té de los nómadas en el desierto o un paseo por Damasco, cuyas calles, llenas de pequeños talleres de damasquinado recuerdan Córdoba a cada paso. Y vigilante, en monte Casio, desde el que se aprecia el milagro de las ciudad del agua en medio de desierto