martes, 29 de julio de 2014

Los pasos hacia la primera guerra mundial (y II)

El emperador Guillermo II empezaba a dudar de iniciar una guerra tras conocer lo dicho por los británicos y recibir un nuevo mensaje del zar Nicolás II pidiéndole “detener a Austria-Hungría” para evitar que Rusia apoye a Serbia, lo cual motivó al káiser alemán a adherirse a la propuesta de británica de “detenerse en Belgrado” y enviarla a Viena en la tarde del 27 de julio. La reacción de los jefes militares alemanes fue del todo contraria a Guillermo II, mientras la cancillería ordenaba a los diplomáticos alemanes seguir presionando para la guerra y mantener su apoyo sin condiciones a Austria-Hungría, demorando el envío del mensaje de Guillermo II a Viena.
Así, el 28 de julio a las 11.49 horas, Austria-Hungría declara la guerra a Serbia y moviliza sus tropas a la frontera. Gran Bretaña continuaba con la idea de una conferencia de paz, pero no cabía esperar una respuesta favorable de Rusia; por su parte, Nicolás II enviaba un nuevo mensaje urgente a Guillermo II para “detener a su aliado antes que sea tarde”, pero los políticos y militares alemanes no iban a aceptar, y “no (quieran) dar la imagen que abandonamos a Austria-Hungría”. Esa misma tarde del 28 de julio el gobierno ruso dispone la “movilización parcial” de tropas en la frontera austrohúngara, lo cual consideran, los generales alemanes Moltke y Falkenhayn como “pretexto ideal” para que Alemania declare la guerra a Rusia.
Al día siguiente, el 29 de julio, Alemania consideraba que la “movilización parcial” de Rusia obligaba a Alemania a rechazar toda amenaza contra sus aliados y que “los diplomáticos deben dejar hablar a los cañones”. Esa misma noche, se informó al embajador británico en Berlín que Alemania iría de todos modos a la guerra contra Rusia debido a su alianza con Austria-Hungría, amenazando con atacar a Francia si ello era necesario. Los ingleses insistían en una conferencia de paz, pero que si Alemania entraba en guerra contra Francia, Gran Bretaña intervendría en apoyo de los franceses.
La respuesta británica daba al traste con la idea de mantener a Gran Bretaña (y su imperio) fuera de la lucha, y la madrugada del jueves 30 de julio, el gobierno alemán empieza a presionar a Viena para que llegue a un acuerdo pacífico con Rusia. A la mañana siguiente el gobierno austriaco dijo era “muy tarde” para pedir la paz pero de todos modos se harían las consultas respectivas al consejo imperial de Viena para iniciar “conversaciones” con Rusia.

Caricatura francesa de Guillermo II, emperador alemán

La situación se precipitó cuando el zar Nicolás II conoció que la “movilización parcial” era imposible técnicamente y sus jefes militares advirtieron que sólo era viable la movilización completa del ejército y la flota contra Austria-Hungría. Así, la embajada alemana en San Petersburgo avisó a Berlín que en la tarde del 30 de julio el ejército ruso había recibido orden de movilización total contra los austrohúngaros.
Alemania emite una orden de movilización militar el mediodía del viernes 31 de julio, sin importar ya las decisiones que tome la corte rusa. A la vez el Imperio Alemán remitía un ultimátum diplomático a Rusia para que detuviera su movilización militar o Alemania le declararía la guerra.
Para el 1 de agosto, con la movilización rusa en marcha, la guerra ya era inevitable y Alemania cumplió con su alianza ese día, anunciándose la movilización general del ejército y el estado de guerra.
Después las cosas seguirían rápidas, ese mismo 1 de agosto, Francia declaraba la movilización general. El 2 de agosto los alemanes ocupaban Luxemburgo, a la vez que enviaban un ultimátum a Bélgica, para que dejaran pasar sus tropas. El 3 de agosto Alemania declaraba de guerra a Francia, mientras Bélgica rechaza el ultimátum alemán, esa misma tarde tropas alemanas invaden Bélgica. Y el 4 de agosto Gran Bretaña declara la guerra a Alemania, por la invasión de Bélgica. Finalmente el 6 de agosto Austria-Hungría declara la guerra de a Rusia.


Para lo que ocurrirá el mes de agosto, es muy interesante el libro de Barbara Tuchman, "los cañones de agosto".

(La primera parte de este artículo está en la siguiente dirección:
http://opinionycultura.blogspot.com.es/2014/07/los-pasos-hacia-la-primera-guerra.html)

lunes, 28 de julio de 2014

Los pasos hacia la primera guerra mundial (I)

El 28 de julio de 1914, el Imperio Austro-Húngaro declaraba la guerra a Serbia, y durante los días posteriores comenzarían una serie de declaración de guerra entre los distintos países europeos culminando con la invasión alemana de la neutral Bélgica el 3 de agosto, iniciando la guerra en el frente occidental.
Tras el atentado de Sarajevo del 28 de junio (para más detalle ver:
http://opinionycultura.blogspot.com.es/2014/06/atentado-en-sarajevo-hoy-hace-100-anos.html), comenzó lo que luego pasará a llamarse la Crisis de Julio, donde comenzó un camino que culminaría con el estallido de la Primera Guerra Mundial, o la Gran Guerra como se llamó en su momento.
La detención de Princip, integrante de la organización pro-serbia llamada Mano Negra, y las posteriores investigaciones de la policía austrohúngara, se descubrió una amplia conspiración en la estaban involucrados jefes militares y políticos serbios, quienes colaboraron con los asesinos.
Estas informaciones animaron a líderes políticos y militares de Austria-Hungría a “solucionar el problema serbio” mediante una reacción bélica inmediata. Sin embargo, atacar a los serbios no era tan fácil, sobre todo por la alianza serbia con el Imperio Ruso. Esto hizo que buscaran apoyo en el Imperio Alemán para respaldar políticamente el ataque a Serbia y evitar que el gobierno ruso auxiliara a sus aliados de los Balcanes o declarase la guerra a Austria-Hungría.

Los pasos hacia la primera guerra mundial (I)
Alianzas militares en 1914
Así, el día 5 de julio Alemania acepta cumplir con su alianza con Austria-Hungría en caso de guerra. Mientras, el 9 de julio, la policía austriaca descubría algunos indicios de que Serbia estaba involucrada en el atentado, como se ha dicho antes.
El día 23 de julio se presenta un ultimátum al gobierno serbio, un ultimátum conocido ya por el gobierno alemán, que decía oficialmente no conocer el contenido, pero si decía que “desconocía las intenciones de Austria-Hungría respecto a esta crisis” pero que también todo intento de detener a Austria-Hungría en sus planes tendría “consecuencias incalculables”, lo cual fue especialmente destacado por las embajadas alemanas en París, Londres, y San Petersburgo.
El ultimátum era muy duro y comprometía la soberanía nacional serbia; era el siguiente: Disolver la Mano Negra, expulsar de su ejército y administración a oficiales y funcionarios considerados “elementos antiaustriacos”, condenar públicamente las actividades de serbios contrarias a los Habsburgo, perseguir activamente a organizaciones serbias consideradas “antiaustriacas”, y admitir que la investigación del crimen en suelo serbio quedase en manos de la policía austriaca y no de agentes locales.
Serbia, ante ello pide ayuda a Rusia, sin embargo, el gobierno ruso ve que el ejército ruso no está preparado para una guerra “al menos hasta 1916”. A parte comienzan las negociaciones británicas para solucionar el problema, y habla con rusos y alemanes para llegar a un acuerdo. Los rusos aceptan ese encuentro, pero los alemanes decían que dejaran a serbios y austrohúngaros que solucionaran sus problemas, esto hacía sospechar a Gran Bretaña que los alemanes querían una guerra.
Al no surtir efecto las presiones ruso-británicas, en la tarde del día sábado 25 de julio el gobierno serbio respondió el ultimátum austrohúngaro y aceptó todas las exigencias, excepto la última, la intervención de la policía austriaca en suelo serbio.
Como no se cumplen todas las condiciones, tras nuevas consultas entre Viena y Berlín, se dispuso el lunes 27 de julio la movilización militar del ejército austrohúngaro. Esa misma mañana, tras consultar con las embajadas británicas en París y San Petersburgo, el ministro de Asuntos Exteriores advirtió al embajador alemán que “si Austria-Hungría prosigue su ataque a Serbia y el Imperio Alemán continúa apoyando a Austria-Hungría, Gran Bretaña cumplirá sus pactos y promesas con otras potencias”, lo cual era una velada amenaza de guerra.

domingo, 27 de julio de 2014

¿Y si hubiese ganado Alemania la 1ª Guerra Mundial?

A finales de julio se celebra el centenario del comienzo de la primera guerra mundial.
Esta guerra, fue ganada por los aliados, pero ¿qué hubiese pasado si la hubiesen ganado los alemanes y sus aliados? Evidentemente la historia no se hubiese desarrollado tal y como la conocemos... O ¿quizá si?
Entrado en este análisis de historia-ficción, muy breve y muy a vuelapluma, la primera reacción es que es probable que la segunda guerra mundial, iniciada 21 años después de finalizar la primera, no se hubiese producido, o se hubiese desencadenado por otras causas, igual Hitler sería un pintor más o menos conocido.
Una Alemania victoriosa no parece que hubiese exigido las reparaciones que si se pidieron por parte de Francia en Versalles. Como consecuencia, el ascenso de Hitler habría sido mucho menos probable. En ese caso, ni el Holocausto ni la Segunda Guerra Mundial seguramente no habrían ocurrido. Si los judíos de Alemania hubieran sobrevivido, el sionismo no hubiera tenido la fuerza moral internacional que alegaba, con razón, después de la derrota de Hitler. La historia moderna de Oriente Medio por lo tanto hubiese sido muy diferente, en parte también porque Turquía habría sido uno de los vencedores en 1918.

Europa 1914
La Francia derrotada podría haber sido el semillero más probable para el fascismo, no Alemania. Pero con su acero y el carbón todavía controlado por los alemanes de Alsacia-Lorena, habrían limitado el potencial militar y naval de Francia. Por su parte, la derrota de Gran Bretaña le habría obligado a ceder sus intereses petroleros en el Medio Oriente y el Golfo (Pérsico) a Alemania, y han sido incapaces de contener al nacionalismo indio. En la práctica, el imperio británico hubiera sido insostenible. Gran Bretaña de hoy podría haber terminado como una modesta república socialdemócrata del norte de Europa - como una Dinamarca sin príncipe.
Mientras tanto los Estados Unidos, se habría convertido en una potencia firmemente aislacionista y no la ejecutora del orden internacional. La Unión Soviética, con un vecino como la poderosa Alemania, habría sido el gran factor de desestabilización, pero es posible que no hubiese sido invadida como lo fue en 1941. Y sin Segunda Guerra Mundial nunca podría haber habido una Guerra Fría tampoco.
El régimen alemán era por lo menos tan democrático como el francés o el inglés. La Alemania de 1914 se parecía mucho más a un “estado social” de finales del siglo XX que el Imperio Británico o que Francia. Era mucho mejor ser obrero pobre en Hamburgo que en Manchester. Seguramente hubiese evolucionado hacia una monarquía constitucional.
El Imperio Austrohúngaro, sin embargo, no hubiese evolucionado tan bien. Tenía dos mitades, una austríaca que seguía más o menos a Alemania, otra húngara más opresiva. Habría absorbido a Serbia. Y es posible que la inestabilidad que estaba surgiendo, por los muchos nacionalismos que la integraban, hubiese acabado siendo el punto de conflicto durante los años siguientes en Europa. Además un estado como Bulgaria, hubiese obtenido territorios a costa de Rumania y Grecia y se habría convertido en un rival para el gigante con pies de barro que era Austro-Hungría.
El Imperio Turco, estaba sufriendo una crisis interna gravísima con pocas soluciones. Simplemente, un imperio anclado en el siglo XVII no podía convivir con ideologías modernas. Y a la larga hubiese llegado a la revolución que ocurrió tras el final de la guerra.
Concluyendo, lo que está claro es que es posible que no hubiese habido la cantidad de muertos que hubo en la segunda guerra mundial.

Por cierto, un detalle, al no haber el gobierno que había en Alemania, en 1936, es posible que recibiese las ayudas que tuvo, ¿hubiese conseguido ganar Franco la Guerra Civil?

sábado, 19 de julio de 2014

Breve historia de la pólvora y la artillería

1. No, no se sabe quien descubrió la pólvora (nitrato potásico o cálcico según la época + azufre + carbón) ni por qué ni el tiempo que hacía ese día. Como tampoco sabemos y probablemente nunca lo hagamos quién la introdujo en Europa ni cuando ni dónde. Sobre todo porque muy posiblemente el descubrimiento tuvo lugar en muchos sitios por diferentes personas en distintos momentos. A grandes rasgos hemos llegado a saber que en la China del siglo XI se usaban ya cañones (ver punto 2), que en el siglo XII ya hay reproducciones en miniaturas de cañones en Europa, y que en el XIV aparecen ya con cierta dispersión y claridad en los documentos. Nada parece indicar que en el asedio de Niebla de 1261 se usarán cañones (ver punto 2).
2. Lo que conocemos por “cañón” es un arma pirobalística de la familia de la artillería que usa como propelente la pólvora y como fuerza impulsora los gases resultantes de la deflagración de la misma. A un listo medieval se le ocurrió esto que a nadie se le había ocurrido antes, usar la pólvora para impulsar un proyectil. Antes la pólvora u otras sustancias incendiarias, como el fuego griego, se habían usado para lanzarlas mediante maquinarias diversas y dar por saco, pero siempre neurobalísticas, como la torsión o el contrapeso. Nadie la había usado como sustancia impulsora.
3. Como un cañón es un tubo puede cargarse por la boca (avancarga) o por la culata (retrocarga). Los primeros cañones utilizaron el primer sistema, y sabemos que estaban en uso a finales del siglo XIII. Este sistema tenía el inconveniente de que había que fundir el cañón en una sola pieza, para lo cual la metalurgia no estaba lo suficientemente desarrollada y se generaban numerosos fallos, y además era muy difícil hacer piezas de gran calibre.
Ya en el siglo XIV se opta por el segundo sistema, salvo para la artillería de bronce que siguió con el primer sistema. Se desarrolla lo que es el clásico cañón medieval de hierro. Una serie de láminas longitudinales aseguradas con anillas transversales y con una recámara extraíble (una pequeña cazoleta) en la que se introducía la pólvora. A principios del siglo XV se desarrollan las gigantescas bombardas con calibres y pesos absolutamente desmesurados.
4. Los medievales se dieron cuenta de que un cañón con una recámara de trescientos kilos que había que “atornillar” al tubo cada vez... que disparaba tres o cuatro veces al día y mal, y que nadie se atrevía a disparar porque tenían tendencia a reventar (debido a la mala forja y escasa estanqueidad), no servía para nada. Entonces a otro listo se le ocurrió hacer los cañones mucho más pequeños pero hacer muchos más. Además, progresivamente se fue volviendo a la avancarga, lo que los hacía más seguros, rápidos y certeros. Y ahora los cañones si empezaron a hacer daño de verdad, de tal modo que desde mediados del siglo XV las antiguas fortificaciones medievales tuvieron que replantearse su función y morfología hasta tal punto que los castillos medievales terminaron por desaparecer sustituidos por las fortificaciones abaluartadas propias de los estados modernos.

historia  pólvora  artillería
Cantabria  - La Cavada - Cañón del Fuerte de San Carlos

5. Los artilleros se convirtieron en un cuerpo especializado y muy prestigioso durante el siglo XV. Para finales de siglo, los principales arquitectos italianos demostraban su valía principalmente en el ámbito de la arquitectura fortificada. Miguel Ángel se consideraba a si mismo más que escultor o pintor un ingeniero militar. Hoy sabemos que algunos maestros artilleros castellanos influyeron en artistas italianos como Da Vinci, y que sus realizaciones en arquitectura militar eran de las más avanzadas del momento.
El hecho de que los maestros castellanos fueran ante todo militares y desarrollaran su trabajo ante la premura de los cañones y los asedios, y por tanto no tuvieran tiempo de desarrollar sus ideas en extensos tratados o minuciosos dibujos (tampoco tenían que “vender” sus trabajos como los italianos), ha impedido hasta hace poco una justa valoración de su trascendencia.
6. No obstante lo dicho, hay numerosas anécdotas que ponen de manifiesto como los procesos casi nunca son lineales y las realidades teóricamente obsoletas pueden resucitar si se dan las circunstancias. Durante la invasión española del México azteca, estando Cortés apurado por la falta de munición, alguien se prestó a fabricar un trabuco. Una antigua máquina de contrapeso que había dejado de usarse hacía casi medio siglo, pero que alguien todavía recordaba haber visto construir en la lejana Extremadura de su infancia. Se fabricó la máquina y disparó en efecto, pero el bolaño describió una vertical perfecta ante la cara de susto de los presentes, cayendo exactamente sobre la máquina.

Sobre lo de que los cañones dejaron obsoletos a los castillos medievales es una buena cura ir a ver el Castillo de Belalcázar en Córdoba, donde impactó en 1937 un proyectil de artillería de campaña, el cual apenas arañó unos pocos sillares de la recia torre del homenaje en que impactó la cual, a su bola, a tenor de lo que se ve, pasa mucho, como pasaba en su época, de los cañones y de los nuevos tiempos.