¿Y si la Alemania Nazi hubiese ganado la segunda guerra mundial?
Ello fue posible durante bastante tiempo. En noviembre de 1941, Hitler estuvo cerca de conquistar Moscú (alcanzó los suburbios) y de bordear por entero el rio Volga, desde su nacimiento (a donde llegó), hasta su desembocadura (que estuvo a punto de conseguir). La publicación alemana Der Spiegiel recoge las hipótesis de varios historiadores rusos, según los cuales, la batalla de Moscú cambió el rumbo de la guerra. Esta derrota nazi mostró al mundo que era posible vencer al Tercer Reich: especialistas en ‘historia ficción’ admiten que el mapamundi sería muy diferente si la victoria se hubiera decantado para el otro lado.
Ello fue posible durante bastante tiempo. En noviembre de 1941, Hitler estuvo cerca de conquistar Moscú (alcanzó los suburbios) y de bordear por entero el rio Volga, desde su nacimiento (a donde llegó), hasta su desembocadura (que estuvo a punto de conseguir). La publicación alemana Der Spiegiel recoge las hipótesis de varios historiadores rusos, según los cuales, la batalla de Moscú cambió el rumbo de la guerra. Esta derrota nazi mostró al mundo que era posible vencer al Tercer Reich: especialistas en ‘historia ficción’ admiten que el mapamundi sería muy diferente si la victoria se hubiera decantado para el otro lado.
La Inglaterra de finales de
1941 podía lanzar la toalla de un momento a otro; Churchill dependía de su estado
ánimo y del de su público. El público inglés intentaba aún, en 1941, mantener
el tipo. Pero estaba ya cansado. La conquista de Rusia por Hitler, liberando
así a toda la Luftwaffe, hubiese terminado aplastándole. Estados Unidos,
ocupados en Asia, no hubiesen entrado en otra guerra en Europa, en aquellas
circunstancias. El conflicto militar Estados Unidos-Hitler no hubiese tenido
lugar, a pesar de la actitud belicista de Roosevelt.
¿Y qué mundo hubiese
resultado de una victoria nazi, aunque solo fuera parcial? Evidentemente el
mundo hubiese quedado, como quedó, dividido en compartimentos estancos. Solo
que en lugar de dos, hubiesen sido más. Los nazis hubieran sido los amos y
señores del suyo, Europa, Oriente Próximo y el norte de África, los comunistas
de su porción de la URSS, y los norteamericanos de América y el Pacífico. ¿Y
Japón? Pues dependiendo del momento en el que se hubiese firmado la paz, o hubiese
quedado como señor de Asia excepto la India británica, o como el “satélite” de
los EEUU en que quedó convertido tras 1945.
Al acabar la guerra, se
hubiese dado un primer paso: muchos emigrantes de origen alemán habrían
retornado a Europa. Y para liberar espacio para ellos, Hitler habría deportado
a cerca de 30 millones de habitantes de Europa Oriental a Siberia. Mientras la
autoproclamada élite disfrutaba de la vida en la “Riviera” alemana, en Siberia
morirían millones de esclavos que trabajarían allí para garantizar su
bienestar. Burleigh llegó a semejante conclusión, al restaurar el famoso
Generalplan Ost, un plan secreto nazi de genocidio y limpieza étnica elaborado
entre los años 1940 y 1942.
Sin embargo, tampoco los
problemas hubieran sido los mismos. Por ejemplo, Alemania se hubiese tenido que
enfrentar a un problema que sencillamente no existió en 1945 tras la victoria
aliada: el mestizaje de la población aria con los pueblos conquistados. Algo
que nos puede parecer ridículo, pero que en absoluto lo era para los nazis.
Otro gran problema al que se
hubiesen tenido que enfrentar los nazis en su área de influencia hubiera sido,
sin duda, los efectos del nacionalismo exacerbado inherente a su ideología. Al
contrario que en el bloque soviético o capitalista, los “aliados” de los nazis,
tarde o temprano, hubiesen terminado por enfrentarse entre ellos por tierras en
disputa. Ya en 1940 rumanos y húngaros estuvieron a punto de ir a la guerra
dentro de la guerra por la Transilvania.
Y aún con este clima de
inestabilidad política, el peor frente al que se hubiese enfrentado los nazis,
hubiera sido, con mucha seguridad, el económico. La economía nazi estaba
rígidamente planificada, no tanto como la soviética, pero sí mucho. Además, la
mano de obra barata, sino esclava, proveniente del Este, necesaria durante la
guerra, hubiese terminado por hundir a la economía de la paz.
Estados Unidos no sería la
superpotencia que es ahora: No tendría el poder militar que tiene ahora porque
Europa con Alemania al mando no se lo hubiese permitido (algo así como lo que
ahora pasa con Irán o Pakistán). EEUU tendría que estar en buenas relaciones
con Alemania, quizá una especie de “guerra fría”; muchas empresas y corporaciones
americanas como la Standard Oil, ITT, General Motors, y clanes como el clan
Rockefeller apoyaban tácitamente a Hitler (tomado del libro “Hitler ganó la
Guerra” de Walter Graziano).
No existirían conflictos en
Oriente Medio, o al menos no se daría una situación tan explosiva: No hubiese
habido estado de Israel, en consecuencia no se habría favorecido el fundamentalismo,
ni habría el importante número de musulmanes resentidos con Occidente y con
ganas de expulsar a los judíos. Esta zona del mundo viviría en paz, o al menos
no esa situación en la que está hoy día.
No hubiese existido la
guerra fría ni la expansión del comunismo: Tras el triunfo de las potencia de “El
eje”, la Unión Soviética se hubiese quedado sola y probablemente se rendiría
antes que tener que estar rodeada por alemanes y japoneses en dos amplios
frentes en una guerra de desgaste, por tanto el comunismo hubiese acabado por
ceder y habría perdido mucha fuerza; quizá los japoneses aliados de los
alemanes hubiesen hecho lo mismo con China, con lo que es posible que no
hubiese habido República Popular China. Nada de Muro de Berlín ni Guerra Fría y
seguramente tampoco Fidel Castro ni Hugo Chávez.
El orden social mundial
tendría unas pinceladas de fascista, una sociedad más estricta con mayores
controles, quizás positiva para evitar la criminalidad, la delincuencia, la
corrupción…, pero por otro lado se perderían bastantes libertades como la de
expresión.
Los países beneficiados:
Alemania y Japón serían las superpotencias mundiales, también se hubiese
beneficiado mucho Italia y España (simpatizantes de Hitler) que estarían entre
las principales economías.