Ha pasado un mes desde el comienzo de año, pero si estuviéramos en la antigua Roma republicana, quedaría casi un mes para celebrar ese inicio de año.
EL AÑO NO SIEMPRE EMPEZÓ EN ENERO
El calendario romano se fue modificando desde el reinado
de Numa hasta la reforma de César, con muchos puntos intermedios o anteriores como
el reinado de Rómulo, los reyes etruscos o diferentes momentos de la República.
A grosso modo se puede decir que con anterioridad al siglo II a. C., el
año civil en Roma comenzaba con el mes de marzo.
EL MES ROMANO
Se organizaba
alrededor de tres momentos: calendas, nonas e idus. A su vez, estaba dividido
en ciclos de ocho días señalados con las letras A, B, C, D, E, F y G y el ciclo
se comenzaba con la nundina A, que era el día del mercado. Las kalendas corresponden al primer día de
cada mes, que en el mes lunar equivalía al día de la luna nueva. Estaba
dedicado a Juno como diosa lunar.
Los idus, en el
primitivo calendario lunar, coincidían con la fecha de la luna llena. En marzo,
mayo, julio y octubre se celebraban el 15. En los restantes el 13. Se
consagraban a Júpiter en cuanto dios del cielo luminosos y de los resplandores
celestes, al que se inmolaba una oveja blanca. La oveja, sacrificada en lo idus
por el Flamen Dialis, sacerdote
particular de Júpiter, recibía el nombre de ovis
idulis, porque como explican Paulo y Festo, se sacrificaba en honor de
Júpiter todos los idus.
La nonas se fijaban
ocho días antes de los idus. Todas las fuentes están de acuerdo con Ovidio (Fastos)
en que no estaban dedicadas a una divinidad en particular.
EL DÍA 1 DE
ENERO
El día 1 de enero, A.KAL. IAn.F. comienza el año. Es la
festividad del dios Jano, el de doble cara.
Ese día caminaban
hacia el Capitolio los nuevos cónsules, fecha que se fijó a partir del año 153.
a. C. Llevaba la llave y el bastón, atributos característicos de los porteros,
porque “abría”el año, como antiquísimo dios de los comienzos al que Ovidio
concibe como guardián supremo del mundo, traspasando sus funciones a un plano
cósmico. Se repartía este día el libum ianual o pastel de trigo, llamado
también “pastel de Jano”. Y la salsa mola, espelta mezclada con sal, ofrenda
arcaica y característica de los sacrificios romanos.
Mes de enero (Ianuarius) en un mosaico encontrado en El Djem, Túnez |
MOTIVO POR EL QUE
EL AÑO SE INICIA EN INVIERNO (Ovidio, Fastos 145-164).
A la pregunta de Ovidio
al dios de por qué el año no comienza con la primavera, momento en que todo
florece y renace, Jano o contesta:
“El solsticio de
invierno es el primer día del sol nuevo y el último del viejo: Febo (el sol) y
el año inician su salida el mismo punto”. Se debe a que para los romanos, el
solsticio de invierno coincidía con el 25 de diciembre. Censorino (De die
natali XXI, 13, resume las diferentes opiniones relativas a la fecha
inicial del año y entre ellas cita a quienes creen que se inicia “con el nuevo
sol”, es decir, en el solsticio).
LOS AGUINALDOS
Los regalos con
motivo del Año Nuevo tiene el nombre de strenae y su finalidad era la de
proporcionar un buen augurio. Los tres regalos que menciona Ovidio a
continuación son dulces, para presagiar un año “dulce”. También se solía
regalar monedas con la finalidad de proporcionar un presagio de riquezas.
Ovidio pregunta
nuevamente al dios: “¿Que quieren significar los dátiles, los arrugados higos y
la miel que se ofrece encerrada en una nívea jarra?
Jano contesta: “Los
presagios son la explicación. Se hace con el fin de que aquel sabor vaya detrás
de los acontecimientos y un año dulce prosiga el camino emprendido”.
“...por qué se regalan monedas”... y el dios
contesta: “Cuan poco conoces tu siglo cuando crees que la miel resulta más
dulce que una moneda que se recibe”.
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