Hoy, hace 100 años exactos, el 28 de junio de 1914, era asesinado en Sarajevo (Serbia) el heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro, el archiduque Francisco Fernando de Austria, así como la de su esposa, la condesa Sofía Chotek.
Entre los conspiradores militares estaban el jefe del espionaje serbio, Dragutin Dimitrijević, el mayor Vojislav Tankosić y el espía Rade Malobabić. Tankosić dio armas y preparó a los perpetradores del atentado y Malobabić les dio acceso a los túneles utilizados por los agentes serbios para infiltrar espías y armamento en Austria-Hungría.
Esto fue el primer paso hacia el estallido de la Primera Guerra Mundial un mes después.
El atentado fue planificado y organizado por miembros de la Mano Negra, una organización secreta de carácter terrorista serbia de ideología nacionalista formada por miembros del ejército serbio en el Reino de Serbia. Entre algunos de los integrantes del ejército estaba el mayor Tankosić.
En origen se buscaba atentar contra el gobernador de Bosnia, Oskar Potiorek, y para ello se envió a Mehmed Mehmedbašić, miembro de Mano Negra que había sido tomado a su cargo en la organización por Vladimir Gacinović, director provincial para Bosnia y Herzegovina, y por Ilić quien dirigía la Mano Negra.
El 26 de mayo de 1914, Mehmedbašić debía atentar contra Potiorek, e Ilić lo convocó a una reunión e informó de que Belgrado había descartado la misión de matar al gobernador. Las nuevas órdenes eran eliminar al archiduque Francisco Fernando y Mehmedbašić debía estar atento. Ilić reclutó a los jóvenes serbios Vaso Čubrilović y Cvjetko Popović para participar en el atentado. Tres jóvenes serbobosnios de Belgrado: Gavrilo Princip, Trifun Grabež y Nedjelko Čabrinović, a través de un colega bosnio, el exguerrillero Milan Ciganović, llegaron al mayor Tankosić, que les encargó transportar armas para Sarajevo y tomar parte en el atentado.
Pero la enfermedad del emperador Francisco José hizo retrasar los planes, pues el heredero Francisco Fernando no iba a ir a Serbia. Mientras los diferentes posibles asesinos fueron entrenándose.
Posteriormente fueron organizándose para llegar a comienzos de junio a Sarajevo, por separado. Y después se les ordeno esperar. Mientras Ilić se dedicaba a recoger las armas, mientras que había dudas constantes de cuando provocar el atentado. Finalmente el 27 de junio, Ilić distribuyo las armas y los repartió por Sarajevo y colocó a los seis asesinos a lo largo de la ruta de la comitiva imperial y los exhortó a que fueran valientes.
La mañana del 28 de junio de 1914, Francisco Fernando y su comitiva salieron en tren de Ilidža hacia Sarajevo, donde fue recibido con gran pompa por el gobernador Oskar Potiorek. A las 10 de la mañana, el grupo siguió hacia el ayuntamiento. La comitiva pasó delante del primer terrorista, Mehmedbašić, que no consiguió tirar la bomba sobre el coche del archiduque. Vaso Čubrilović, que estaba a su lado con una pistola y una bomba, tampoco consiguió reaccionar. El siguiente terrorista por el que pasó la comitiva era Nedeljko Čabrinović, armado con una bomba, sin embargo, el artefacto rebotó en la capota abierta del vehículo, cayó en la calle y explotó bajo el coche siguiente de la comitiva. La explosión abrió en el suelo un agujero de 30 cm de diámetro e hirió a un total de 20 personas.
La comitiva salió rápidamente en dirección al ayuntamiento y dejó el coche averiado atrás. Cvjetko Popović, Gavrilo Princip y Trifun Grabež no consiguieron efectuar ningún ataque contra el grupo debido a la velocidad a la que se desplazaban.
Los oficiales y los miembros de la comitiva del archiduque discutieron sobre lo que hacer. Francisco Fernando y Sofía cancelaron su agenda para visitar a los heridos por el atentado en el hospital. Para evitar el centro de la ciudad, el gobernador Potiorek decidió que el vehículo imperial debía seguir en línea recta por los embarcaderos Appel hasta el hospital de Sarajevo. Sin embargo, a Potiorek se le olvidó avisar al conductor, Leopold Lojka, de esto. De camino al hospital, Lojka giró a la derecha en la calle Francisco José.
Tras saber que el plan del asesinato había fracasado, Princip fue hasta una tienda de delicatessen de las proximidades. En el cuarto trasero, el serbio vio el coche abierto de Francisco Fernando maniobrando cerca del puente Latino. En ese momento, el conductor daba la vuelta para tomar el camino correcto hacia el hospital de Sarajevo, pero el motor del vehículo se paró durante la maniobra y Princip vio su oportunidad.
Princip avanzó y disparó dos tiros a una distancia de cerca de cinco metros, usando una pistola semiautomática. La primera bala alcanzó al archiduque en la yugular y la segunda dio en el abdomen de la duquesa. Gravemente heridos, llevaron a la pareja para que les atendiera un médico en la residencia del gobernador.
Dos días después del asesinato, Austria-Hungría y Alemania exigieron a Serbia la apertura de una investigación, pero el gobierno serbio no quiso, con lo que comenzó la presión austrohungara sobre Serbia que terminará con el comienzo de la primera guerra mundial el 28 de julio de 1914, un mes justo después.
Efectivamente, pero todo por culpa de un bocadillo. Gabrillo tenía hambre y abandonó la fonda en la cual estaba hospedado. Con estos mimbres se topó con el archiduque y se lo cargó. Y es que el hambre hace estragos...... señalar que los atacadores fallidos fueron atrapados. Tenían todos tuberculosis y se suicidaron con un cianuro en malas condiciones por lo que no les hizo efecto. Gabrillo murió en la cárcel de tuberculosis y vio consumada su Opus Magnum. La Primera Guerra Mundial.
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