El nombre Romano, desde los primeros
tiempos de Roma, y hasta finales de la república, los individuos llevaban un
solo nombre, seguido de otro en genitivo (hijo de...). Esto va a cambiar a
partir de la creación de la Lex Iulia Municipalis (43 d. C),
confeccionada para dar orden a los magistrado de cómo debían recoger los nombre
para poder confeccionar el censo. A partir de esta ley, todo ciudadano romano
debía tener un Trianomina, compuesto de PRAENOMEN, NOMEM y COGNOMEN como
mínimo, puesto que se podía añadir el nombre del padre, la tribu y/o la patria.
En las mujeres este Trianomina sólo se componía del NOMEN y el COGNOMEN.
Los que no tenía ese Trianomina eran
o los esclavos o los habitantes de provincias que no habían recibido la
ciudadanía romana.
LAS PARTES DEL
NOMBRE
Praenomen:
Es el nombre individual que se daba a cada ciudadano, diferenciándolo dentro de
una misma gens (familia). Los praenomen son escasos y repetitivos. De
ahí, que en las inscripciones aparezcan no completos, sino con una sigla (o
dos), por ejemplo P(ublio) (Para poder completar las abreviaturas latinas, es
fundamental el uso de la obra de CAGNAT, R (1914): “Manuels proffesinels des
graveurs d´inscriptions romaines”, “Epigrafía
Latina” de BATLLE, P (1946) o “Curso
de epigrafía latina”, un auténtico diccionario de abreviaturas, entre otras
muchas cosas, romanas que nos ayuda a identificarlas en una inscripción). Nos
han llegado unos 17 praenomen, por lo tanto son muy conocidos.
A partir del siglo II, este praenomen se daba a los niños al
9º día de nacer; antes de esta fecha, no aparecía si el individuo tenía menos
de 17 años, edad a la que se recibía la “Toga viril”. Si moría antes, en la
lápida se ponía bien PUP(US) (PUPUS=hombre joven) en lugar del praenomen, bien
S o SP (SPURIOS= niño joven), palabras abreviadas para que no haya duda que se
trata del praneomen. En cuanto a las mujeres, en época arcaica siempre lo
llevan, pero a partir del Imperio dejan de hacerlo.
Nos podemos encontrar inscripciones sin praenomen
por:
- Como ya hemos dicho, por tratarse de un niño menor de 17
años que es cuando tomaban la “Toga viril”.
- A veces se usa como praenomen un nomen o cognomen
de gran relevancia
- En el caso de las mujeres que antes del Imperio sí lo
tenían y lo pierden a partir de Augusto.
- Los esclavos y extranjeros ya que no tienen la ciudadanía
romana.
Por último, comentar
que el praenomen puede aparecer en NOMINATIVO o DATIVO (a.... o para....), dependiendo
del tipo de inscripción de que se trate. Lo importante es que siempre irá en el
mismo caso que el resto del nombre.
Nomen: Es el gentilicio, es decir, el nombre de una
gens o familia; es un nombre colectivo y, al contrario que el Praenomen,
aparece siempre completo y a continuación del mismo. Se puede utilizar también
para los hijos adoptivos o los esclavos de una familia.
Hay muchos más nomen
que praenomen. Para diferenciar los primeros se establecieron unas terminaciones
para indicar el origen de la familia a la que hacen referencia. El nomen
es el único que perdura durante generaciones. Coincidiría con nuestros
apellidos.
Cognomen: Es
un nombre que se utiliza para diferenciar a las personas atendiendo a alguna
cualidad o alguna característica física mental o algún acto de relevancia. . Se
coloca justo después de la filiación, es decir, después del praenomen del padre
al que se le añade la palabra FILIUS/I (=Hijo). Va coordinado en número y caso
con el praenomen y el nomen. Cuando en las inscripciones aparece el
nombre de la tribu, el cognomen va a ir justo después de la misma.
Cronológicamente podemos apuntar que el cognomen no se usa
desde el principio. Con Sila la utilización de un cognomen, e incluso más de
uno, se hace constante. A partir del S. III el número de cognomina se
multiplica hasta aparecer 4 ó 5.
Tenemos dos tipos de cognomen:
- Cognomina ex
virtute: son los que hacen referencia a alguna virtud o victoria del
personaje. Son títulos de “carácter honorífico”.
- Cognomina ex
adoptione: Cuando el personaje es adoptado, el antiguo nomen se
utiliza como cognomen terminado en -ANUS.
Estos tres elementos son lo que constituyen el Trianomina. A
parte de éste, pueden aparecer apodos, es decir, un nombre o adjetivo que hace
mención a una característica física del individuo.
Para señalizar la
separación de palabras se utilizan signos de puntuación lineales como un punto,
un ángulo, triángulo o si es una familia rica una palma o una hedreae distingente. También pueden ser
utilizados para indicar que la línea ha terminado.
Filiación
Estas tres partes es
lo que se conoce por TRIANOMINA. La filiación va detrás del nomen
y servía par diferencias individuos de una misma familia que tienen igual
nombre. Va formada por el praenomen del padre en genitivo (=Hijo de...) + la
palabra “FILIUS” que concuerda con el trianomina. A veces podemos
encontrarnos como praenomen el nomen de la madre, que se utiliza para
los hijos naturales. A veces también podemos encontrar en la filiación una
larga lista de nombres que se utilizaba para aquellos ciudadanos que eran
romanos desde hace tiempo.
Tribu
Desde Servio Tibio.
Era para indicar el lugar de origen. Pero a partir de 513, en el que el número
de tribus es de 35, cada vez que nace un ciudadano romano se adscribe a una de
ellas. Esta adscripción se hace por familia, aunque el domicilio del nacido no
coincida con el origen de la familia. En nombre de la tribu va siempre en
ablativo (de..., a... para... aunque para lo que nos ocupa está claro
que la preposición es DE) o genitivo
locativo y también, como el praenomen va abreviado. No es un elemento fijo que
aparezca siempre, pero eso no quiere decir que no sea ciudadano romano. Desde
211, tiempos de Caracalla, el nombre de la tribu a veces no se pone y desde
Diocleciano desaparece y es excepcional su aparición.
A veces aparece el
DOMICILIO y la PATRIA (Nación o ciudad, municipio, colonia, etc... a la que
pertenece el individuo) que pueden aparecer adjetivados y es cuando se le
concede la gracias de ser colonia o municipio romano a un lugar. El nombre de
la nación se antecede de la palabra “NATIONE” y antes del domicilio a veces
aparece DOMO. Ambos van en ablativo o genitivo locativo.
Lo que SIEMPRE va a aparecer en una inscripción latina va a
ser:
PRAENOMEN + NOMEN + FILIACIÓN + COGNOMEN
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