lunes, 5 de noviembre de 2018

El fin de la Primera Guerra Mundial


Este mes de noviembre de 2020,  se cumplen 102 años del final de la 1ª Guerra Mundial, o Gran Guerra, como se conoció entonces. El 11 de noviembre de 1918, a las 11 de la mañana se declaraba el alto el fuego en todos los frentes, tras la firma del llamado Armisticio de Compiègne, que se firmó a las 5’20 de la mañana de ese mismo día y que entraba en vigor la hora indicada antes.
Tras 4 años, 3 meses y 14 días acaba la primera guerra a nivel mundial en la historia de la humanidad, dejando tras de sí gran número de muertos y heridos; las cantidades aproximadas (varían según autores), estarían entre nueve y diez millones de muertos y unos veinte millones de soldados heridos, y más de siete millones de víctimas civiles.
 
La guerra no acabó con la derrota de los alemanes y sus aliados, sino por la rendición de dichos países, especialmente a causa de revueltas en Alemania, en retaguardia, empezando por los soldados y siguiendo por los obreros, lo que hizo caer al Káiser Guillermo el 8 de noviembre. Así que inmediatamente la nueva república solicito un armisticio ese 11 de noviembre. Esto es importante, porque después de la firma del Tratado de Versalles (28 de junio de 1919) y debido a la dureza de sus condiciones, fue creando un caldo de cultivo en Alemania que culmino con el ascenso de los nazis, ya que estos entre otras cosas no se consideraban derrotados en la guerra (pensaban que sólo habían sido derrotados por el “enemigo interior”) no estando conformes (ni ellos, ni muchos alemanes) con lo firmado en dicho tratado (pues se sentían humillados), por otro lado bastante duro y que no solucionaba los problemas de fondo, incluso algunos de los participantes en las negociaciones no alemanes lo vieron así, como el economista británico John Maynard Keynes, que lo consideró una «paz cartaginesa»; el senado de los Estados Unidos no lo firmó.

Armisticio de Compiègne
Tras la guerra, los grandes imperios europeos dejaron de existir:
- El alemán, que perdió sus colonias y redujo su tamaño, perdiendo Alsacia-Lorena que pasó a los franceses y diversos territorios a Polonia, Bélgica y Dinamarca.
 
- El ruso, del que se independizaron Polonia, Finlandia, Lituania, Letonia y Estonia.
 
- El austrohúngaro, que se disolvió y aparecieron Austria, Hungría, Yugoslavia y Checoslovaquia y se cedieron territorios a Italia, Rumania y Polonia
 
- El otomano, que perdió todos sus territorios y quedó definido por la actual Turquía.
 
También se creó la Sociedad de Naciones, para solucionar los futuros problemas que pudieran producirse, pero no funcionó, entre diversas razones. Hubo países como Estados Unidos, que no participaron en ella.
 
La guerra acabó ese final de año de 1918, sin embargo los tratados de paz posteriores no hicieron nada por crear una Europa más unida, y se limitaron a castigar al perdedor de forma dura y sin derecho a réplica y a considerarlo como único culpable de la misma sin que los ganadores se consideraran responsables, lo que provocó, a la larga, en Alemania un sentimiento de menosprecio que favoreció el progresivo aumento del nazismo.
 
El fin de la guerra provocó distintos cambios, como el aumento de los nacionalismos y de los extremismos políticos, el protagonismo de la mujer en la sociedad de forma cada vez más importante, nuevo estilo en el arte…, vamos fue un cambio profundo en la sociedad de la época.

martes, 24 de abril de 2018

Historia de España en la novela histórica (brevisima lista)


Cómo ya hice hace unos meses en mi blog: http://opinionycultura.blogspot.com.es/2017/03/historia-de-la-roma-clasica-en-la.html, voy a hacer una pequeña recopilación de novela histórica sobre la historia de España. Es verdad que no están todos los libros que han sido publicados sobre esto, ni mucho menos; están los que yo he leído… Es verdad, también, que hay algunos autores que se repiten, pero algunos de ellos han hecho “trilogías” o continuaciones de libros.
Podemos comenzar con la novela de Gabriel Castelló, Valentia, centrada en la ciudad de Valencia en la que habla de las invasiones germanas durante la segunda mitad del siglo III d. C., aunque también trata sobre la Roma entorno a la revuelta sertoriana y recorre el Mediterráneo occidental de la época (años 70 a. C.). De Hispania trata una de las novelas de la serie de 20 novelas de Lindsey Davis, entorno a la figura de Marco Didio Falco, un investigador durante el gobierno de Vespasiano, en concreto Una conjura en Hispania.
Directamente pasamos a los inicios de la Edad Media, de la cual sí que hay más libros. Está la que podíamos considerar trilogía de José Javier Esparza entorno al reinado de Alfonso II y los inicios del de su heredero Ramiro I, El caballero del jabalí blanco, El reino del norte y Los demonios del mar. También novelando sobre la misma época, aunque empezando un poco antes (empezando al final del reinado de Alfonso I y hasta el de Alfonso II) están las novelas de Isabel San Sebastián La Visigoda y Astur.
De más adelante en el tiempo está la novela El Puente de Alcántara, de Frank Baer, y trata de un poeta árabe andaluz, un médico judío y un joven escudero cristiano y sus relaciones y la vida en España entorno al año 1.000.

El Puente de Alcántara, que da nombre a la novela de Frank Baer

Una pequeña novela de Juan Eslava Galán, es Últimas pasiones del caballero Almafiera, donde se cuentan las peripecias (no sin unas gotas de humor) de un caballero franco que llega a Castilla y participa en la batalla de la Navas de Tolosa (1212), a través de un trovador. El relato se inicia unas semanas antes de la batalla y culmina con la misma.
Hay una trilogía sobre la vida de Jaime I el Conquistador, rey de Aragón, escrito por Albert Salvadó, El puñal del sarraceno, La reina húngara, Hablad o matadme, desde su niñez hasta su muerte.
De época de los Reyes Católicos está la novela de Noah Gordon, el Último Judío, sobre el tema de la expulsión de los judíos y las peripecias de un joven judío que marcha de Toledo pero que no abandona España.
Para conocer la España del siglo XVII, está bien leer la colección de siete novelas de Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte. En ellas se cuenta las aventuras de un soldado del tercio durante el reinado de Felipe IV.
También de Pérez-Reverte, pero ya para las Guerras Napoleónicas o del Francés, están las novelas Un día de gloria, sobre el dos de mayo (de 1808) en Madrid; Cabo Trafalgar, entorno a la batalla del mismo nombre (21-10-1805); y El Asedio, sobre el sitio de Cádiz en los años 1811 y 1812.
Los Episodios Nacionales, de Benito Pérez Galdós, son 46 novelas (de desigual nivel) que tratan de la historia de España en el siglo XIX (entre 1805 y 1880, aproximadamente).
Para finalizar, y ya en el siglo XX, hay una trilogía, que trata de la vida en España entre el final de la guerra civil y la llegada del partido socialista en 1982, escritas por Juan Eslava Galán: Los años del miedo, De la alpargata al seiscientos y La década que nos dejó sin aliento.

martes, 28 de noviembre de 2017

Camino Inca (o del Inca)



En América de Sur, si queremos hacer un viaje diferente, existen toda una serie de recorridos y lugares a visitar poco conocidos, y entre ellos encontramos el Camino Inca (o del Inca). Este recorrido fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2014.
El Estado Inca o Quechua, durante su existencia desarrolló todo un sistema de caminos por todo el territorio que ocupaba, enlazando grandes ciudades de la costa, entre ellas y con el interior, es el denominado camino del Inca (en Quechua Qhapaq Ñan, que significa Camino del Rey o del poderoso).
El camino Inca más conocido une la ciudad de Cuzco con Machu Picchu, el famoso sitio arqueológico, aunque este es sólo una pequeña parte de la gran red de caminos incas. Partiendo desde Cuzco), el Quapaq Ñan permitía recorrer los cuatro Suyos” del Imperio Inca (suyo, del quechua suyu: ‘región’ o ‘territorio’).
Algunos caminos ya existían en época preinca, y los Incas los ampliaron, otros fueron creados y desarrollados durante el Imperio (o Tahuantinsuyo).
El Quapaq Ñan recorría longitudinalmente todo el Imperio a lo largo de la cordillera de los Andes. El camino del inca se encuentra empedrado en gran parte y tiene varios metros de ancho. Paralelo al camino del inca, existió un camino que unía las localidades costeras. Este camino costero estaba unido al Camino del Inca por varios caminos transversales. En el caso del camino costero, no estaba empedrado pero sus bordes se encontraban delimitados.
 
Camino Inca llegando a  Machu Picchu

Los caminos principales eran los siguientes:
- Camino Real o  Quapaq Ñan que recorre 5.200 kilómetros, y comenzaba en Quito (Ecuador), pasaba por Cuzco y llegaba al actual Tucumán, Argentina.
- Camino de la Costa Norte, que sale de Cuzco y pasa, entre otros, por Nazca, Lima, Huarmey, Ayabaca, Tumbes (frontera Perú-Ecuador) y Quito (Ecuador), y llega hasta el río Ancasmayo o Pasto (Colombia).
- Camino de la sierra norte, que sale de Cuzco, y yendo por la montaña, pasa por Machu Picchu, Jauja, Tarma, Huánuco, los yacimientos arqueológicos de Maraycalle y Tambo Real de Huancabamba, Cajamarca, Loja, Quito (Ecuador) y llega hasta el río Anacasmayo o Pasto (Colombia).
- Camino de la costa sur, sale de Cuzco y une Pisco, Nazca, Palpa, Ica, el yacimiento de Tambo Colorado, Arica, Copiapó (estas dos ciudades ya en Chile), las pampas de Tucumán (Argentina) alcanza el río Maule (Chile).
- Camino de la sierra sur, sale de Cuzco y une Juliaca, Chucuito, La Paz (Bolivia), las pampas de Tucumán (Argentina)  y llega a Santiago (Chile).
Los cronistas españoles describieron con elogios el Camino, algunos hablaban de su “excelente” funcionamiento, añadiendo que podían cubrir grandes distancias en corto tiempo y con un esfuerzo mínimo.
Durante todo el año, miles de viajeros recorren los Caminos del Inca desde el Cuzco para llegar a los distintos lugares. El recorrido se inicia en la localidad de Cori-huayra-china, en el kilómetro 88 de la vía férrea a Machu Picchu, justo en el poblado de Ollantaytambo. Desde aquí se atraviesan lugares y ecosistemas variados, singulares paisajes, exuberante naturaleza,… hasta llegar a Machu Picchu. Hay que saber que son unos 40 kms. y se tardan 4 días en cubrirlo, así que habrá que tener cierta preparación previa, además de que no se puede hacer el camino “por libre” puesto que el gobierno peruano lo ha limitado a 200 personas y unos 300 porteadores.

En este vídeo se pueden conocer más cosas del Camino Inca:

martes, 29 de agosto de 2017

El origen de la ciudad de Valencia



En el año 138 a. C., fue fundada la ciudad de Valencia. Y así se atestigua en este texto: “Iunius Brutus cos in Hispania iis qui sub Viriatho militaverant, agros et oppidum dedit, quod vocatum est Valentia.” (Periocha LV, 4). Más o menos dice: Junio Bruto, cónsul en Hispania donó, a los militares que lucharon contra Viriato, tierras y una ciudad llamada Valentia. Como Junio Bruto estuvo en Hispania en el año 616 de la fundación de la ciudad de Roma, se puede deducir que la ciudad de Valencia fue fundada ese año.
En las excavaciones se ha encontrado el mundus, la fosa fundacional de la ciudad, con lo que se sabe que la ciudad fue una fundación exnovo.
Y la primera duda surge en saber quién se asentó en la ciudad… Militares claro, pero ¿de dónde? Viendo los restos arqueológicos encontrados, se ha visto bastante material itálico, concretamente de la Campania y la Apulia, con lo que se puede deducir que los primeros habitantes de la ciudad es muy posible que vinieran de esa zona de Italia, pues es normal que alguien siga consumiendo productos que le gusten o al menos conozcan y no tanto los productos que ofrecerían los íberos del entorno; sobre todo cerámicas de distintos tipos y calidades (que es lo que se ha conservado), mejores que los productos cerámicos ibéricos, y el vino.
 
También surge otra pregunta. ¿Por qué se fundó la ciudad donde se hizo y no en otro lado? Geográficamente la ciudad de Valentia se funda en una pequeña isla, ligeramente elevada entre dos brazos de río. Y se coloca aquí por varios motivos.
 
Para empezar, los romanos, cuando fundaban una ciudad, intentaban que estuviera en un sitio donde fuera cómodo vivir, es decir, con agua, tierras cultivables y con los menos peligros posibles. Que estuviera en una pequeña elevación evitaba las inundaciones, bastante habituales en el río Turia; podían haberla puesto más cerca del mar, para mejorar el comercio, pero el riesgo de inundaciones era mayor, además en esa época el río Turia, nada explotado por las acequias actuales era navegable hasta la misma ciudad (se han encontrado los restos de puerto junto al río, muy cerca de las torres de Serranos); un ejemplo de cómo pensaron en ese problema es que en la riada de 1957, la única zona que no se inundó de la ciudad de Valencia fue el espacio que ocupaba la ciudad romana republicana (más o menos, en torno a la catedral).
Otro motivo de asentar a la gente en este sitio, era que por el río existía un vado por el que pasaba la Vía Heraclea (llamada luego Augusta), un camino íbero que recorría la zona próxima a la costa.

Termas de época republicana. Centre Arqueológic de l'Almoina. Valencia



También desde aquí se controlaban las distintas ciudades iberas de la zona. Al norte: Edeta (actual Llíria) y Arse-Saguntum (actual Sagunt), ambas a unos 25 Km. de Valencia.  Y al sur: Saetabis (Xàtiva) y Dianum (Dénia), algo más alejadas pero también relativamente próximas. Así se colocaba una ciudad de romanos entre iberos…
Está, más o menos, situada a unos 250 Km. de Tarraco (Tarragona) y Cartago Nova (Cartagena), lo que la convertía en una ciudad romana entre dos de las ciudades romanas más importantes en esa época. 
 
Evidentemente no está tan claro que se pusiera por ese motivo, pero es perfectamente posible.
 La ciudad una vez fundada comenzó a tirar adelante, pero al ver su tamaño, entre 9 y 11 hectáreas, se ve que es del tamaño de las ciudades iberas grandes, pero es pequeña respecto a otras colonias italianas. Se han encontrado el foro, con diferentes edificios: un horreo o almacén, unas termas, unos pórticos,… Esto deja poco espacio para viviendas… Quizá la gente viviera en los alrededores de la ciudad, y esta fuera un lugar de reunión, mercado, culto,…, entre otros diversos servicios.