sábado, 24 de septiembre de 2016

100 años del carro de combate

El 15 de Septiembre de 1916, en la larga y sangrienta batalla del Somme, durante la Primera Guerra Mundial iba a aparecer una nueva arma.
Durante la llamada batalla de Flers-Courcelette, los aliados intentan romper el frente alemán, así, once divisiones británicas (nueve del 4 º Ejército y dos formadas por soldados canadienses) junta a cuatro destacamentos franceses, que se unirían algo después, aparece una nueva arma secreta británica, el carro de combate modelo Mark I (también llamado con el nombre clave de tanque, para confundir al enemigo). Eran tractores con ruedas de oruga, blindados y armados hasta los dientes. Esas "fortalezas" son los que abrirán el ataque delante de la Infantería.
Son vehículos muy lentos (3,2 km/h) y armados con dos cañones, parecidos a los de la artillería convencional. Más que capacidad ofensiva, lo que hacen es protegerse contra las ametralladoras alemanas y moverse en un espacio lleno de trincheras, alambradas de espino y cráteres de impacto. Capacidad, en definitiva, para encabezar el asalto a las líneas enemigas mientras la infantería se protegía detrás de él.
Pero no eran tan fiables como podría parecer, porque eran vulnerables a la artillería pesada, sufrían fallos mecánicos y quedaban atascados en los agujeros más grandes. De hecho, sólo 21 de los 49 tanques disponibles el 15 de septiembre de 1916 llegaron a entrar en combate, y la decisión de usarlos le valió no pocas críticas a Douglas Haig, a quien se acusó de mostrar el arma secreta demasiado pronto, ya que su rendimiento no estaba totalmente desarrollado.
A pesar de todo, el impacto (tanto psicológico como real) sobre las tropas alemanas y el curso de la guerra fue importante. Así 41ª División, apoyada por el tanque D-17, capturó el pueblo de Flers. Por la izquierda, los canadienses tomaron Courcelette en un combate donde también hubieron tanques. Y finalmente, favorecieron la captura del alto de Bazentin, no pudieron llegar por que no podían pasar entre los árboles, pero hicieron que los alemanes se retirasen por miedo a quedar encerrados.
Aunque estos comienzos de los carros de combate, no parecían demasiado prometedores, en Cambrai, a finales de 1917, demostrarían que el futuro de la guerra pasaba por el carro de combate. Luego vendrán las nuevas teorías, la Blitzkrieg, el perfeccionamiento continuo del arma..., hasta hoy que sigue siendo importante.

Carro de combate británico Mark I Macho en la batalla del Somme, 25 de Septiembre de 1916


El origen
En 1914, el oficial británico Ernest Dunlop Swinton, un corresponsal de guerra, vio los tractores oruga Holt, que se usaban para arrastrar piezas de artillería, y a los que se les añadió tracción a oruga para poder arrastrar mejor esos grandes cañones.
Swinton vio que ese tractor podría acorazarse y convertirlo en un vehículo de combate, añadiéndole armas. Sería a prueba de balas, podría avanzar por terrenos desiguales, superar obstáculos..., ser un "crucero terrestre".
Junto a otros oficiales desarrolló la idea, pero el alto mando no le hizo caso, hasta que en 1915, Wiston Churchill, primer Lord del Almirantazgo vio el proyecto; él que buscaba cosas nuevas, le gustó y decidió apoyarlo.
El Departamento de Construcción Naval fue el encargado de desarrollar el proyecto. Se presentaron dos prototipos, uno con ruedas de goma y otro con tracción de orugas (o cadenas). El primero fue desechado, y se eligió el segundo, manteniendo el espíritu de la idea original de Swinton. El Ministerio de Guerra decidió unirse al proyecto, proponiendo las características que debía tener: que superara obstáculos y zanjas de metro y medio de altura o profundidad, subir y bajar pendientes de 45 grados, tener una buena autonomía, no pesar más de 15 toneladas y tener espacio para 10 hombres, con 4 ametralladoras y dos cañones. A comienzos de 1916 aparecieron los primeros prototipos.
Se quiso mantener el proyecto en secreto. Así se limitó el acceso a lugar de entrenamiento, las piezas eran fabricadas por distintas empresas. Las chapas se solicitaban diciendo que era para construir tanques de transporte de agua, con lo que con ese nombre clave se quedó “tanques de agua para Mesopotamia”, con lo que se terminó conociendo también ese término informal de tanque.
Y como se ha dicho al principio, el 15 de septiembre de 1916 entraban en combate durante la batalla del Somme.