sábado, 13 de junio de 2015

Españoles en la Primera Guerra Mundial

Al comienzo de la Primera Guerra Mundial, en 1914, España aún intentaba recuperarse de las consecuencias derivadas del Desastre del 98. Así que desde un primer momento, el Gobierno presidido por Eduardo Dato manifestó la neutralidad de España y el 7 de agosto de 1914 esta postura se hizo oficial. Sin embargo, hubo sectores que eran favorables a la participación en el conflicto, con encendidos debates en torno a la preferencia por un bando u otro; debates que tuvieron eco en la prensa de la época.
Los militares a favor de los aliados eran apenas una minoría. Un sector mayoritario de los mandos, admiradores de la disciplina y el militarismo prusiano, querían que España participase en la contienda. Pero tal y como estaban nuestras fuerzas armadas era inviable participar en una guerra moderna como la que se estaba desarrollando en los campos de batalla europeos. Además la situación de inestabilidad y tensión permanente del Protectorado español en Marruecos también haca desaconsejable una intervención militar a favor de alemanes o aliados que pusiese en peligro nuestra presencia en el norte de África. España tenía poco que ganar si optaba por involucrarse en la Primera Guerra Mundial pero podía obtener importantes beneficios pagados por ambos bandos si mantenía su neutralidad.
Sin embargo, hubo españoles que si participaron en la Primera Guerra Mundial.
En un principio, el Gobierno francés había prohibido el reclutamiento de soldados extranjeros en su Ejército, dejando sin embargo la puerta abierta a la posibilidad de hacerlo a través de la Legión Extranjera francesa, cuerpo de élite dentro del Ejército francés. Así, a través de la Association Internationale des Amities Francaises se gestionó una auténtica avalancha de solicitudes de extranjeros que por diferentes motivos querían unirse a la lucha contra las potencias centrales, entre ellas las de varios cientos de españoles que decidieron pasar de las palabras a los hechos, dispuestos a alistarse y tomar las armas para defender unos ideales que sentían como propios. Procedían de todas las regiones de España, pero especialmente destacaron por su número los voluntarios vascos, aragoneses, y sobre todo catalanes. De estos se estima que fueron entre 7.000 y 12.000.

Españoles en la Primera Guerra Mundial
Primer Batallón de los Fusileros de Lancashire en una trinchera de comunicaciones cerca de Beaumont-Hamel, en 1916. Foto de Ernest Brooks
Como apoyo a los participantes en la Guerra se fundó el “Patronato de Voluntarios Españoles” gestionado por Jacobo Fitz-James Stuart (Duque de Alba) y la Unió Catalanista creó el “Comitè de Germanor amb els Voluntaris Catalans” presidido por el médico y político Joan Solé y Pla.
No sólo el ejército francés recibió solicitudes de reclutamiento. Existe el caso de un voluntario español, Antonio Beltrán Casaña, que participó en la Primera Guerra Mundial, alistándose y luchando en el ejército de los Estados Unidos.
Pero también hubo otros muchos quisieron hacerlo a favor de los países centrales. Alemania tenía una numerosa colonia de ciudadanos repartida por todo el mundo. Como muchos hombres se habían casado con mujeres de la burguesía del país. Y existía ya una generación de jóvenes nacidos en España, alemanes o con la doble nacionalidad. Si estaban en edad militar, Berlín cursaría la orden incorporación a filas. Y jóvenes alemanes nacidos en Iberoamérica (como se ve en “Los 4 Jinetes del Apocalipsis” de Blasco Ibáñez), España o Turquía tendrían que optar por ir a combatir o no.